Secret Wars

Cuestión de matices, de entre las nuevas hordas que ha propiciado el descenso del punk a los infiernos, los hay que apuestan decididamente por el ruido (Black Dice, Liars), el hardcore estrambótico (Lightning Bolt o Les Savy Fav) y hasta la melodía. Ese es el caso de Oneida, una de las bandas con estructuras más reconocibles de entre todas las que se apuntan a este bendito revival de pelo encrespado y pintalabios corrido. O no, porque de haber estado con nosotros veinte años atrás no hablaríamos tanto de Stranglers como de Electric Prunes o Silver Apples. Esto es garage, marciano, torcido y putero, pero garage a fin de cuentas. Tanto pesa en el sonido de estos tres de Brooklyn su organillo insidioso, que marca el paso a los temas más directos de un sexto disco que les ha dado a conocer en nuestro país -enterados y devoradores de productos de importación abtenerse-. "Secret Wars" tal vez no sea la obra más deslumbrante de ese underground yanqui que tanto nos chifla, pero su perfecta combinación de rock minimal on the face, psicodelia infecta, hard setentero y el espíritu de Sonic Youth que sobrevuela todo el disco -aunque se hace más evidente en medios tiempos como Wild Horses- lo convierte en referencia altamente recomendable, que en algunos momentos hasta alcanzaría la calificación de "para todos los públicos".