No esperaba que con "Secret Chamber", Madee volviesen a jugármela y a dificultarme el trabajo. Vamos a ver, las diez nuevas canciones del grupo no entran a la primera, ni a la segunda. Peor aún, a la primera y a la segunda a uno sólo le vienen a la cabeza los referentes, las fuentes de las que beben estos chicos de comarcas. Eso y la melancolía que las impregna y que suena apasionada gracias al piano de Marc Prats y a la facilidad con la que Ramón Rodríguez serpentea con su voz. Lástima que el espíritu de Sunny Day Real Estate sobrevuele cada minuto con mayor intensidad de la que nos gustaría. Esencialmente porque, como compositores, Madee han alcanzado en esta segunda obra unas cotas que muchos quisieran acariciar. Sus canciones son preciosas, sensibles y acaban entrando en el corazón, pero en ocasiones agradecería no tener que pensar para nada en Jeremy Enigk (uña y carne casi del grupo) y los suyos. Ojalá sepan virar hacia algo más personal, de momento nos han demostrado que son capaces de componer canciones sobradas en calidad y magia.
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