Después de darse a conocer mundialmente con el celebradísimo hit "Young Folks", incluido en su anterior disco, los suecos de descuelgan con un trabajo casi enteramente instrumental y de naturaleza discursiva del que difícilmente puede extraerse un single claro, no digamos uno tan definitivo como aquel (el del silbido) que se coló en series y anuncios de televisión y llegó a ser Canción del Año en iTunes.
El trío parece seguir a lo suyo, haciendo la música que le parece y dejando de lado todo eso que está presente en la industria musical más por la parte de la industria que por la parte de la música: fidelización del cliente, visión estratégica, aprovechamiento de oportunidad, etcétera. Y les ha salido un disco original, atmosférico y orquestado con menos ligereza que la que en un principio puede parecer. Entre ejercicios de experimentación diversos y bellísimas piezas oníricas, dejan caer canciones con voz narrada (tres en total) y todo acaba funcionando con sentido y emoción. Habrá decepciones, seguro, pero eso dependerá en gran medida de cuál sea el camino por el que se llegue a este grupo en este momento.
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