Hubo un tiempo en el que intenté convencer a los descreídos de que Peter Gabriel no era uno de esos tipos pasados de moda a los que solamente respetan los mayores de treinta y cinco. Rezo a algún dios desconocido por, a su edad, conseguir ser una persona tan inquieta como él. No importa cuál sea su nueva aventura, porque jamás se acomoda. Da lo mismo que cree un parque temático futurista o que intente que los gorilas creen su propia música, no importa si continúa descubriéndole la música de otros mundos a quienes sí tienen dinero para comprar compactos, lo importante es que, tras cada uno de sus pasos, hay algo fundamental: sentimientos, verdad. Qué equivocados estaban Vampire Weekend al menospreciarle (Gabriel les devolvió la broma versioneándoles con la ayuda de Hot Chip y recuperando aquí a Paul Simon). Ahora, en su enésimo giro, nos obsequia con “Scratch My Back”, un disco que bascula entre lo intimista y lo orquestal, un trabajo en el que reúne un total de doce versiones de temas originales de Talking Heads, Paul Simon o David Bowie, pero también de Elbow, Arcade Fire, Radiohead, The Magnetic Fields o Bon Iver. Y me alegro de escucharle cantando con tanta emoción ese “Fume” o un “My Body Is A Cage” que le encajan a la perfección.
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