En realidad no es nada nuevo, pero parece que últimamente está de moda que un artista revise sus propias canciones con tanta convicción que se vea obligado a prensar el resultado en un nuevo álbum. Si hace unos días Vetusta Morla publicaban su ‘MSDL - Canciones Dentro de Canciones’ (Pequeño Salto Mortal, 20) –en el que ejercían la operación sobre su anterior disco al completo, ‘Mismo Sitio, Distinto Lugar’ (Pequeño Salto Mortal, 17)– y Anna Calvi hizo lo propio en ‘Hunted’ (Domino, 20), ahora es Scott Matthew quien se apunta a la tendencia con ‘Adored’. Un álbum en el que el vocalista revisita un total de diez temas, elegidos de entre todo su selecto y ya amplio cancionero.
Y es que hace ya más de una década que el músico comenzó a ser un secreto a voces en nuestro país, sobre todo en base a conciertos intensísimos y desbordantes de belleza y pasión, pero también amparado por los parabienes de discos como ‘Scott Matthew’ (Glitterhouse, 08), ‘There Is An Ocean That Divides And With My Longing I Can Charge It With A Voltage That's So Violent To Cross It Could Mean Death’ (Glitterhouse, 09) o ‘Gallantry's Favourite Son’ (Glitterhouse, 11). La pregunta es si, precisamente un catálogo de por sí tan elegante como el del australiano afincado en Nueva York, reclamaba o incluso necesitaba de cualquier tipo de relectura o aderezo adicional. La respuesta apunta rotundamente a la negación, por lo que escollo principal de la presente referencia podría radicar en la localización de un sentido en firme que justifique el lanzamiento de este ‘Adored’.
En su contenido, el autor presenta unas recreaciones que no se alejan demasiado de los originales, modificando ligeramente el tempo de las seleccionadas, añadiendo una leve base de electrónica que ejerce como elemento actualizador y, en definitiva y tal y como desvela el título de la referencia, situando adornos inéditos a lo largo y ancho de las composiciones. Como hilo conductor se mantiene intacto ese pop barroco bien justificado, rematado por trazos de glam distinguido y con la influencia de Peter Gabriel, Scott Walker y sobre todo la alargadísima sombra de David Bowie siempre presentes. También se conserva impertérrita esa capacidad vocal tan sentida y emocionante del de Queensland, que tiene por norma motivar canciones preciosas y cargadas de sentimiento. Pero eso ya lo lograban las versiones originales de temas como “White Horses”, “Ornament”, “German”, la aquí inicial “The Wish”, “Abandoned” o “For Dick”, una de las mejores del lote con esos preciosos violines afilando la pieza.
Es cierto que Matthew es un creador inquieto que tiende a permitirse ciertas licencias con las que picotear en proyectos diferentes –ahí queda, por ejemplo, su álbum en colaboración con Rodrigo Leão en ‘Life Is Long’ (Glitterhouse, 16) o sus habituales apropiaciones de otros artistas–, por lo que tampoco debería extrañar la presente aventura. Cualquier obra con la firma de Scott Matthew tiende a resultar satisfactoria, además de un seguro de elegancia, buen gusto y capacidad sugestiva. La escucha de ‘Adorned’ no es una excepción, pero en la práctica aporta más bien poco al bagaje de un artista que acostumbra a erizar la piel apostando por una naturalidad aquí difuminada en beneficio de esos condimentos y añadidos.
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