Ya es tarde para teorizar sobre el fenómeno del brit pop y no vamos ahora a descubrir la sopa de ajo. Mientras que Oasis ya han pasado a la historia por méritos propios (a pesar de la penosa situación de la banda tras dos discos lamentables) la mayoría de grupos que salieron a remolque del fenómeno sólo serán recordados en los diccionarios del rock bajo la entrada genérica de “brit pop”. Ni Travis, ni Embrace, ni Ocean Colour Scene, ni Supergrass ni, claro está, The Bluetones merecerán la atención de los futuros revisionistas.
Los de Hounslow, que ya van por su tercer disco, no son más que una de las muchas bandas que juegan en la segunda división británica, un grupo local que no habría trascendido de no ser por la bola de nieve que arrastraba, a mediados de los noventa, todo lo que olía a brit. Las composiciones de “Science & Nature”, aunque correctas, resultan inocuas e inofensivas. Nada sacamos de este pop clacisista si el talento de sus creadores no es capaz de ofrecernos algo que no sepamos ya. Quizás sea la periocidad semanal de las revistas inglesas lo que haya provocado que éstas, ávidas de contenido, sobrevaloren a tantas y tantas bandas prescindibles como The Bluetones. Obviable.
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