Dos décadas de trayectoria dan para mucho y, normalmente, desaceleran el ritmo creativo y vital de cualquier grupo. Para los catalanes Schizophrenic Spacers, sin embargo, esta lógica parece funcionar justo al revés. Se les ve cada vez más lanzados y, aunque la jodida pandemia nos ha privado de unos cuantos de sus energéticos conciertos, en lo que se refiere a grabaciones últimamente se muestran más prolíficos que nunca.
Prueba de ello es que añadan este estupendo “Gloria” a su intachable hoja de servicios. Lo hacen con un cambio tan significativo como pasar del inglés al castellano, si bien es cierto que esporádicamente ya les habíamos visto en su salsa al cantar temas de Lone Star en este idioma, incluso con el propio Pere Gené de invitado. Demostraron entonces, igual que ahora, que su estilo y personalidad brillan por igual en una lengua que en la otra.
Cabe resaltar que en este disco han vuelto a poner en ebullución esos ingredientes a los que tan buen partido vienen sacando. Es decir, rock y hard rock, principalmente de raíz setentera, condimentado con elementos de soul, funk y un largo etcétera estilístico. A partir de ahí, lo relevante no es el qué, sino el cómo. En este caso, cómo combinar esos ingredientes de tal forma que, aunque los sabores sean viejos conocidos, lo que degustemos sea una receta original y novedosa. Justamente eso es “Gloria”: alta cocina, pero no de diseño, sino tradicional.
Así, de esta guisa, es como se suceden los once temas, entre riffs de guitarra vibrantes como los de “Viladenada” o “Desobediencia”, la tensión de “Gloria”, el emocionante dueto vocal de “Búscate una vida”, el delicioso giro argumental hacia el góspel de “Premonición” o el estratosférico, nunca mejor dicho, space-rock de “Tragaldabas”. Sin olvidar, por supuesto, la final “Victoria”, primer tema que fue presentado, con su video-clip, como avance del álbum.
Si el cuarteto suena tan compacto como siempre, es en buena parte gracias a Hendrik Röver, quien además de haberles grabado otra vez en sus estudios de Cantabria, esta vez también ha sido acreditado como co-productor junto a la banda. Por otra parte, han contado con valiosas colaboraciones externas, sobre todo en los elaborados coros que adornan varios de los cortes, pero también instrumentalmente por parte del propio Hendrik.
Mientras pinchamos el disco otra vez, contamos los días que faltan para disfrutar de estos trallazos rockeros en directo. Yo de ustedes no me lo perdería.
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