He aquí una de las grandes obras melódicas de este 2001. Seguramente caerá en saco roto el posible impacto de “Scary World Theory”, segundo disco de esta formación germano-portuguesa, más allá de las minoritarias fronteras del público devorador de pop electrónico que deambula por las tiendas patrias. Pero es momento de contarles, en este mismo momento, que Lali Puna han venido para tomar el testigo de Stereolab (ya en horas bajas) en el panorama indie europeo del momento. No es fácil dar con algún otro discurso musical que sepa conjugar con semejante acierto, con semejante emotividad, con semejante concreción expresiva, numerosas piruetas electrónicas con melodías y juegos propios del pop. Este formidable, modesto pero agraciado álbum, nueva joya del infranqueable sello Morr Music (el día que publiquen algo desechable, lloverán ranas del cielo), atiende al sentido de verdad para dar vida a sus canciones, gemas a medio camino de Stereolab o Yo La Tengo y Tarwater, Neu o B. Fleischmann. Un hermoso disco que tiene en la búsqueda imperfecta del detalle uno de los mayores regalos del presente año.
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