En algún punto a lo largo del proceso creativo de su último disco, SBTRKT decidió que quería dejar atrás la máscara tribal tras la que se había escondido durante más de una década. El productor británico justifica este movimiento como un intento de ganar algo de agencia sobre su identidad como artista y de tallar un espacio para aquellos músicos sudasiáticos que, como él al principio de su carrera, sienten que no existe un lugar para ellos en la industria.
Con tales declaraciones rodeando el lanzamiento de “THE RAT ROAD”, su primer largo en siete años, uno esperaría encontrarse con un proyecto que reconectara con la vitalidad y brillantez de su debut homónimo (que le situó a la vanguardia de la escena electrónica del Reino Unido a principios de los 2010), o que le separara de manera más drástica de los álbumes perennemente transitorios, de vez en cuando sobrecargados y a menudo incongruentes que ha publicado desde entonces. Sobre todo, sería natural anticipar un disco que presentara una visión más depurada y robusta, que afirmara la personalidad de SBTRKT definitiva y totalmente. Al final, “THE RAT ROAD” consigue más lo primero que lo segundo, y no logra alcanzar lo tercero de manera convincente.
Tras una escucha inicial a los veintidós temas que componen el largo, uno puede casi entrever la alargada silueta de las más de dos mil canciones que SBTRKT admite haber escrito durante su hiato y las cuatrocientas que envió a su sello: “THE RAT ROAD” tiende a lo tedioso, principalmente porque el ritmo del álbum se ve roto por interludios derivativos y a la vez demasiado cortos, a los que ni siquiera se les cede el tiempo suficiente como para transformarse en algo que valga la pena revisitar.
Este es, sin embargo, un defecto fácil de pasar por alto, ya que ni la falta de precisión conceptual ni la editorial condenan el proyecto: “THE RAT ROAD” está bastante lejos de ser un mal álbum. La lista de invitados vuelve a ser dilatada, pero esta vez se amoldan con comodidad a la paleta de SBTRKT —colaboradores antiguos, como Sampha o Yukimi Nagano de Little Dragon, aparecen para confirmar sus sinergias con el productor, y nuevos amigos y promesas, como Toro y Moi y LEILAH, protagonizan algunas de las mejores pistas del disco.
Como artista enmarcado en el post-dubstep, SBTRKT siempre ha demostrado cierta indiferencia por los límites de género, y este instinto se manifiesta aquí, aunque con algo de moderación: su eclecticismo electrónico (“YOU, LOVE” se eleva entre cuerdas etéreas hasta que estalla en un break de jungle, “WAITING” concluye con una cacofonía de sintetizadores afilados y voces moduladas que transpiran en un teclado ligero y juguetón, “YOU BROKE MY HEART BUT IMMA FIX IT” es todo samples entrecortados y glitch estático) está bastante arraigado al pop urbano y el R&B contemporáneo, como evidencian los placeres más directos e inmediatos de temas como “NO INTENTION”, “LIMITLESS” o “DRIFT”.
Lo que realmente une “THE RAT ROAD” no es tanto un sonido como un sentimiento: un tono crepuscular inunda todo el álbum, una atmósfera de nocturnidad que SBTRKT ya había explorado en anteriores proyectos. En el primer verso de “DAYS GO BY”, Toro y Moi sugiere salir “for a drive around midnight”, y eso es exactamente lo que evoca la canción, con sus melodías distorsionadas, un vibrante bajo subcutáneo y percusión sumergida: algo relajado y teñido de neón, una escapada de madrugada, un coche paseándose por calles solitarias. Como en esta pista, la producción del resto del largo es sutil, aunque no exactamente minimalista.
La excepción más notable a esta observación es “L.F.O.”: la canción diverge y se mueve entre secciones radicalmente distintas, pero en ningún momento se siente desorganizada, solo orgánicamente en expansión. “L.F.O.” cuenta con dimensiones y texturas mucho más ricas que el resto de pistas, y las progresiones de acordes que ocurren bajo la superficie le confieren un peso que hace que el resto del disco gire a su alrededor y es, sin lugar a dudas, la cúspide de SBTRKT en “THE RAT ROAD”, y un destello de lo que podría haber sido si hubiera condensado sus esfuerzos en un paquete más compacto pero atrevido.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.