Cualquier grupo que se precie suele responder a la pregunta sobre su mejor disco con un “el último”. Normal, por otro lado. Eso sí, no son tantos los que tienen razón. Santos pueden hacerlo sin problemas porque las prestaciones ofrecidas en este "Mamut" onírico superan considerablemente las de su debut. Mejores canciones, mejores letras y mejor interpretación tanto instrumental como vocal. Todo converge para que el disco gane por k.o. técnico a su predecesor.
Santos ha crecido como banda y eso se manifiesta en todas y cada una de las canciones que integran un disco que me atrevería a calificar como rock intelectual. Ya saben, esos que requieren más de una escucha para calar hondo, para encontrar los detalles instrumentales, para acabar de entender y hacer propias sus letras, pero que, cuando lo hacen, permanecen grabados a fuego en la piel. Solo has de conseguir entrar en su mundo.
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