“El silencio del ruido” (Universal Music, 24) es la puesta de largo de Samuraï. La madrileña publica su primer álbum con doce composiciones producidas por Paco Salazar en las que hace gala de su versatilidad y su talento para componer.
Porque si algo tienen las canciones de Samuraï es que son capaces de llegarte a primera escucha y llevártelas a tu propio mundo. Logra hacer canciones que se sabe y se sienten muy autobiográficas, casi como si alguien cercano te contase sus propias vivencias, pero que a la vez logran conectar contigo como si fueras tu quien las está interpretando. Y en esta ocasión, todo el disco es una especie de viaje por carretera, en la que nos invita a acompañarla y formar parte de sus historias, mayoritariamente de amor, tanto para bien como para mal.
Por lo que, la calidad compositiva en el álbum estaba asegurada, y solo nos quedaba aguardar por los distintos ritmos por los que iba a apostar para su primer larga duración. Y lo cierto es que no nos ha defraudado, ya que se ha atrevido a subirse a sonidos a los que no nos tenía tan acostumbrados, véase “Gatos de gasolinera”, y, a la vez, ha apostado por formulas que ya le han funcionado, como encontramos en “Corazón quemado” o “Por si mañana no estoy”.
El álbum arranca con mucha fuerza en sus primeras cuatro canciones, en donde nos encontramos temas que seguramente se conviertan en indispensables dentro de la gira de presentación. Pero, tras pasar “La despedida”, el álbum baja de ritmo y nos muestra la cara más sensible y delicada de Samuraï, que hace gala de su versatilidad y su facilidad de incorporarse a un tema de rock a la vez que a una balada. Para, finalmente darnos un leve subidón para terminar rompiéndonos en la final “Inocente”.
Esta ruptura de ritmos a medio disco está provocada por las únicas dos colaboraciones del LP, las de Dani Fernández y Leo Rizzi. Porque ya de por sí, son artistas dispares, y mientras nos engulle la dureza de la voz de Dani junto la de Aroa y ese hit que se encuentra a caballo entre el pop y el rock, nos chocamos de pronto con la levedad y delicadeza tanto del ritmo de “En el aire” como de la propia voz de Leo que inicia el tema. Dos colaboraciones que funcionan a la perfección y que, aunque totalmente distintas, sirven de nexo entre los distintos ritmos del disco.
En definitiva, nos encontramos con un trabajo que nos muestra la evolución y madurez que ha tenido Samuraï desde que comenzó a publicar canciones allá por el 2020. Se trata de una artista que tiene todo para triunfar dentro de la escena del pop-rock española, que, de hecho, ya lo está haciendo, y que con este disco solo nos ha mostrado una pequeña parte de lo que es capaz. Y ahora le toca presentar en directo estas nuevas doce canciones, por lo que, si antes ya destacaba por sus conciertos, verla presentar este álbum sin duda va a ser una experiencia muy especial y va a presentar un show muy cuidado.
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