Muchas cábalas se habían hecho sobre este disco. Tras la refundación del grupo californiano en su última gira, durante la que dejaron tan buen sabor de boca, existían expectativas con respecto a que podrían volver a ofrecernos un nuevo torpedo discográfico.
Tras titubear acerca del concepto del disco bajo el paraguas del libro “The Dirt”, tras las idas y venidas de Tommy Lee, los problemas de salud de Mick Mars, y el proyecto de Nikki Sixx con libro y disco de por medio, las luces de emergencia se encendieron. Precisamente, uno de los focos discordantes, Vince Neil, era el único que en apariencia estaba tranquilo ante este nuevo panorama.
A diferencia de otros retornos anteriores, como el del incomprensible “Generation Swine” o el meritorio “New Tattoo” forzado en cuanto a recuperar un sonido, esta radiografía de la urbe angelina sí cumple con su cometido. Sonoridad suicida, rasposa, letras sinceras y nocivas que hablan de coches y de chicas, y unos estribillos como Dios manda, todo en la onda de “Too Fast For Love”, “Girls, Girls, Girls” o “Dr. Feelgood”. Sus detractores van a tener que sudar la gota gorda para desmerecer este nuevo retorno.
Los Mötley Crüe de 2008 no descubren nuevas fórmulas en "Saints of los Angeles", pero eso es precisamente lo que se valora en esta ocasión, su honradez e integridad para ofrecernos el mejor disco posible que podían grabar en estos tiempos que les suenan tan ajenos.
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