Short n’ Sweet
DiscosSabrina Carpenter

Short n’ Sweet

7 / 10
Álex Jerez — 04-09-2024
Empresa — Island
Género — Pop

Hay un trabajo increíble tras la nueva Sabrina Carpenter y el más que superado reto de convertirla en estrella después de cinco álbumes de estudio. “Short n’ Sweet” es la llegada a la cima de una figura que no terminaba de estallar en ningún posible escenario y que con un buen envoltorio ha terminado alcanzando el éxito. La llamada minuciosa creación de la estrella pop a la antigua usanza con sus pros y sus contras.

Es evidente que no hay nada nuevo en “Short n’ Sweet”, más bien todo lo contrario. Es un disco pop de bases sencillas, interminables historias de amor autobiográficas y estribillos en bucle que no puedes quitarte de la cabeza. Pop para toda la familia que a veces muerde, humor, inocencia sexualizada y un disfraz de vulnerabilidad. Algo que ya hemos visto en multitud de ocasiones antes. La salida de “Espresso” al mercado empujó a Sabrina, sin apenas darse cuenta, al infinito. Fue tan buena la acogida que antes de que salieran los demás temas del disco ya se estaba generando controversia sobre las pocas fechas de la artista en la gira y el trato menor a ella cuando el público empezaba a verla como una gran figura del pop actual. Una situación muy complicada para la propia Sabrina y su equipo ya que se vio de repente cruzando esa fina línea entre acabar consolidando un lanzamiento en el mercado o terminar siendo recordada por una canción que acabó devorando todo lo demás. Pero bueno, para nada estamos ya ahí y esa fase está más que superada.

La aceptación de “Please, please, please” por parte del nuevo fandom fue más que buena. El carácter de la nueva Sabrina enamoró a todos y la estrella retro que se alimentaba de narrativas del presente empezó a crecer por el camino correcto usando la ironía y el negro sentido del humor de Sabrina como pilar de crecimiento (solo hace falta ver el gran vídeo de “Taste” junto a Jenna Ortega para comprobarlo). Además, las gigantescas cifras de streaming a nivel mundial y las buenas ventas en US “Short n’ Sweet” han servido para que Sabrina celebre que por fin está en el lugar que tanto ansiaba. Hasta ha logrado ese preciado número #1 en Billboard 200 dejando atrás a Travis Scott con su “DAYS BEFORE RODEO”. Ambos por cierto superando las 300K copias.

Para “Short n’ Sweet” Sabrina se agarró fuerte a figuras que saben mucho y muy bien cómo hacer pop para las masas. Entre los créditos vemos cómo ha ido constantemente de la mano de John Ryan (cabeza tras algunos de los grandes éxitos de One Direction), Julia Michaels o el infinito Jack Antonoff. Relación esta última que ha vuelto a despertar el hate de todos aquellos a lo que les cuesta reconocer que Jack tiene la fórmula del pop de nuestra era y que cuela hits en las listas como nadie. Curioso, eso sí, que a pesar del bombazo que ha sido “Espresso” no haya tirado más de Julian Bunetta, co-escritor y productor del tema, y que la colaboración con este se haya quedado únicamente en esta canción.

Parte del éxito de este álbum se aloja claramente en que, pese al origen comercial de cada una de las canciones, Sabrina ha sabido usar cada una de ellas para contar su propia historia. Verdaderamente sientes que son canciones que le pertenecen y que conoces un poco más Sabrina a través de este disco. Algo que refuerza con la colaboración de Barry Keoghan, su actual pareja, en el videoclip de “Please, please, please” o el tema “Bed Chem” donde expone su parte más sexual hablando del romance, su relación actual y el enorme feeling entre ambos. Además, el disco está lleno de constantes referencias a la inmadurez y el tremendo agotamiento emocional que le produjo su anterior relación con Joshua Bassett.

Sabrina juega muy bien con el oyente y sabe cómo seducirlo. Es divertida, despreocupada, hace temas fáciles, no busca nada trascendental y eso es parte de su éxito. Lo más difícil en esta posición actual va a ser saber evolucionar esta Betty Boop del presente, que ahora mismo está dispuesta a todo porque la industria la ha abrazado y ha comprado su narrativa. Pero qué difícil va a ser jugar sus fichas cuando, como decíamos al principio, has entrado en la dinámica de crear un producto condicionado por el mercado que te obligará a entrar en las llamadas “eras” que destruyen y reconstruyen tu identidad buscando colocar otro nuevo tema en las listas. Y en donde una vez alcanzado el éxito caes en las garras de las cifras y los juicios de valor en las redes sociales. Esperemos nuevos pasos.

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