Es evidente que hay un componente muy anacrónico en la música del joven Ryley Walker. Su folk escorado al jazz y la psicodelia bebe de la tradición británica de finales de los sesenta. La representada por pesos pesados como Nick Drake, John Martyn o el escocés Bert Jansch, aunque lo curioso del caso es que nuestro protagonista reside en Chicago y empezó tocando en bandas de punk locales sin demasiada fortuna. Tras pasarse al folk y editar un primer y voluntariosos disco titulado “All Kinds Of You”, lo que sorprende es lo mucho que ha crecido como instrumentista a las seis cuerdas, y como ha sabido dotar de un sin fin de detalles instrumentales a una propuesta plena de pinceladas jazzies, que hacen que la escucha de este “Primrose Green” se convierta en auténtica ambrosía para los oídos más delicados. Solo hay que dejarse lleva por la excelente “Love Can Be Cruel” para darse cuenta de que estamos ante un sólido talento al que tan solo le resta desprenderse de algunos tics del género para explotar definitivamente antes nuestras narices.
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