Dawn

Pocos se atreven a negar a día de hoy que el 2016 está siendo conquistado por lanzamientos como los de James Blake o Anohni. Esas voces cargadas de melancolía y grandes falsetes que a través de la electrónica nos ponen los pelos de punta. Dolor, amor, nostalgia y un estilo muy personal ante todo. Por eso, cuando alguien con una voz como la de Ry Cumming decide afianzar su carrera en solitario sabe que no lo tiene nada fácil.

“Dawn” es el primer largo del componente de The Acid. Y a pesar de devorar el mundo electro con su grupo. Las directrices a seguir con este nuevo proyecto son tan diversas como diferentes. La base de “Dawn” radica en ese folk que bien nos puede recordar a Glen Hansard en temas como “Salt”. A una sencillez que enfrenta la guitarra a la frágil voz de Ry. O le hace crecer sacando el lado más acústico en “Only” y llegando a rozar el mismo cielo en el que navega Bon Iver.

Sin duda alguna, esto es lo que hace a RY X un producto interesante. El ver cómo salir del género que arrasa en el panorama independiente actual le ha ayudado a buscar su personalidad. A lanzar un álbum singular, fresco. Que aunque a veces peque de monótono, y sean inevitables las comparaciones, logra sobrevivir en una liga llena de increíbles competidores. Y, además, no quedarse simplemente en los éxitos que supusieron “Howling” junto a Frank Wiedemann (mucho más limpia en el álbum). O ese “Berlin” que le colocó en el punto de mira a nivel internacional.

Amor, rupturas, todo ahogado por la lluvia… RY X construye historias con su voz, apuesta por el minimalismo y la creación de texturas ajenas a sus anteriores lanzamientos. En la mayoría de los casos el lado más electro de “Dawn” se limita a generar un dream-pop que encaja a la perfección en su nuevo universo. Aunque, en ocasiones caiga en el exceso y deje aflorar los sintetizadores (“Deliverence”).

Si hay algo de lo que se debería alejar Ry en futuros lanzamientos es, sin duda, esa vena pop que surge en temas como “Haste”. Que hace las cosas más fáciles y le iguala a muchas figuras que apuestan únicamente por la radiofórmula. Va a ser difícil no caer en convertirse en la voz del rompe pistas de turno. Pero, si finalmente consigue huir e invertir todo su talento en su vena más clásica merecerá la pena.