Real y rural. Así se autoproclama Tesa en la canción que da nombre a su segundo álbum “Rural” (Halley Supernova), una reafirmación de raíces y principios en un mundo donde lo urbano se antepone a cualquier otra forma de vida. No extraña la contundencia con la que presenta este nuevo trabajo, que continúa siendo un soplo de aire fresco y reivindicador en la escena del rap valenciano -y en valenciano-: ya ocurría en 2017 con el disco que supuso su debut en solitario, “Al Tesa” (autoeditado). En esa primera creación la rapera adaptaba la identidad valenciana a un proyecto ecléctico y versátil que dejaba de lado la asociación del hip hop con esa cultura propia de guetos norteamericanos. Y es que Tesa llegaba para defender su tierra, su lengua, valores sociales como el feminismo y por supuesto, para celebrar esa parte festiva tan inherente a la música.
“Rural” mantiene la vertiente reivindicativa con la que Tesa se posicionaba como una de las artistas de referencia en el territorio valenciano. Y de nuevo, lo hace con la habilidad y el talento de quien es capaz de abordar en una misma composición estilos como el rap, la electrónica, el reggaeton o la música tradicional. Con “Rural” (producido por Mark Dassousa) nos encontramos ante once poderosos temas -y una breve intro- en los que la almusafense rompe barreras para demostrar que la revolución está llena de sensibilidad, amor... y macarrismo.
En este nuevo disco, Tesa habla de su yo más propio : lo vemos en temas como “La cançó més bonica del món” un precioso agradecimiento a esas personas que siempre la han acompañado en la trinchera. También nos encontramos con reivindicaciones feministas que recuerdan la necesidad de que las mujeres se sientan libres en espacios de ocio y fiesta -“La matança de Tesa- , su presencia en la música -“T'enteras?”, con la participación de las raperas Andrae y Eryfukksia y la productora Làuder- o esa oda al amor propio y sano como es “El amor no duele” con la colaboración de La Prima, de Machete en Boca.
Pero “Rural” también es una defensa a la libertad de expresión –“Ràbia”- y una crítica a una sociedad donde la irrealidad de lo que se muestra prevalece sobre todo lo demás –“La cultura del jo”-. Y además, un trabajo donde de nuevo, Tesa, abraza su idioma. Lo hace de manera significativa en “Qui estima la seua llengua”, un tema al que pone voz junto al reconocido musicólogo valenciano Vicent Torrent (de Al Tall) y que pone de manifiesto la unión de dos generaciones tan distintas pero a la vez, en sincronía por algo tan absolutamente humano como es la pasión y dignificación de su lengua.
Y ahí, precisamente, es donde radica el valor de este disco: en el reconocimiento y reafirmación de aquello que nos hace verdaderamente humanos .
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