Una delicia, sólo así podemos calificar esta obra de orfebrería hecha con y desde el corazón. La hija de Johnny Cash (no le dedicaré adjetivos superlativos, puesto que nos quedaríamos sin espacio para comentar este disco) ha vuelto a lo grande.
Tras un largo silencio y de superar un duro trance causado por una afección en sus cuerdas vocales, Rosanne Cash se ha marcado el mejor de sus discos posibles. Y lo hace con la inestimable ayuda de John Leventhal -produce y escribe gran parte de las canciones- y un puñado de colaboradores de auténtico lujo. Destaca la presencia de su fallecido padre, que protagonizó con ella uno de los más hermosos duetos (“September When It Comes”) que se recuerda desde que Nick Cave introdujese en su vida a PJ Harvey y Kylie Minogue. No se queda muy atrás la participación de Steve Earle, quien aporta ternura a "I´ll Change For You". Sheryl Crow, por su parte, no llega a la altura de los maestros, pero se adapta a la perfección en "Beautiful Pain", un medio tiempo entre el pop y el country.
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