No hace falta ser un forofo del fútbol para saber que los mejores delanteros viven a gusto en su propia trinchera, la línea del fuera de juego. El frío entre la línea de centrales y el portero es el espacio natural para cualquier killer del área. Sólo en ese espacio se crea la magia: coger la espalda del zaguero, ¡y zas! Aunque eso implique engañar a los defensas, al árbitro e incluso a los aficionados, propios y rivales. Con el mismo descaro con el que uno de esos nueves acaba una jugada en gol, a sabiendas que estaba un metro avanzado respecto al último rival, Rosalía ha lanzado su debut: "Los Ángeles", un disco de flamenco decididamente trascendente para un mundo fugaz. Un baño placentero para una cantaora capaz de salir a flote ya sea cantando músicas urbanas o copla.
El objetivo de "Los Ángeles", según comenta la joven catalana de veintitrés años, pasaba por rendir un homenaje al flamenco –la formación académica de Rosalía– y de paso al gusto de elaborar un disco sin prisas. Los encuentros con Raül Fernández, Refree, que la acompañó en el proceso creativo y en la producción, se dilataron más de lo que la industria querría. Pero a cambio no hubo un paso en falso. Tal vez por eso, Fernández acabó metiendo algo menos la patita que en otras producciones: las guitarras no distorsionan al nivel de Granada, el proyecto de cante corrosivo compartido con Silvia Pérez Cruz en 2014. La nitidez de "Los Ángeles", excepto en temas como la elástica "Por la puerta no lo pasen", permite que seguidillas y coplas luzcan, sin que el resultado sea añejo; más bien un diálogo de nuestros días con protagonistas de antaño como el Niño Marchena o Enrique Morente.
La elección de las canciones, en base a las búsquedas de la propia Rosalía, es otro de los éxitos del disco: "Los Ángeles" es un ejercicio de musicología entorno a la muerte en el flamenco. Esa es la narración: no la hay. Se trata de la belleza de la distracción, hablar de un tema escurridizo con polifonía de voces.
Con "Los Ángeles", Rosalía se postula como la cantaora contemporánea que mejor ha entendido los tiempos que corren: capaz de colaborar con C. Tangana, un dúo más americano que mediterráneo (¿alguien en la sala no pensó en Drake y Rihanna?) para obtener cerca de nueve millones de reproducciones en Youtube y, a la vez, lanzar un álbum que ni por asomo puede ser escuchado con los altavoces de un teléfono móvil. Eso somos: capaces de compartir toda nuestra vida en un flash en Instagram y a la vez disfrutar de un encuentro con amigos de los que se dilatan más de lo permitido por el despertador. Si el resultado de "Los Ángeles" les coge en fuera de juego, aplaudan. Que el fútbol es sólo eso, fútbol.
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