Los parámetros con los que medir la calidad de un disco son variados pero hay uno de ellos infalible: preguntarse cuántas canciones de las que lo integran podrían ser single. En el caso de "Young Romance" (Music As Usual), segundo disco de Roosevelt, prácticamente 10 de las 12 que lo completan podrían servir para tal función. Un promedio que denota la buena arquitectura de los temas y la maestría con la que el músico alemán ha sabido combinar melodía y mensaje. Todo funciona, nada molesta. La presencia y la contundencia de la base rítmica no machaca. Algo que se agradece porque en la EDM (Electronic Dance Music), con eso de despertar emociones, a veces se dispara la presencia de algunos elementos como la voz, la batería o el bajo. Que todo esté en su justa medida es, quizá, la diferencia entre el género que se produce a un nivel más underground y el que, ya desde su inicio, se concibe para ambientar sesiones mainstream en discotecas o ejercer de banda sonora para comprar moda low cost en franquiciados.
El amor es la temática protagonista del disco: una eterna arma de doble filo para los compositores. En el caso de Marius Lauber (el ser humano que opera bajo el alias de Roosevelt), este concepto comenzó como una simple guía para construir canciones y terminó convirtiéndose en un sentimiento absolutamente real. Se nota que el alemán se ha dejado llevar. También se ha gustado en su justa medida. Y, por eso, la jugada le ha salido bien.
Hay quienes buscan ser sensibles y terminan siendo cursis; quienes se abren en canal para mostrar su profundidad y resultan deprimentes. También están esos que desean ser reflexivos y se convierten en un auténtico peñazo. Por suerte, Roosevelt ha respetado las líneas rojas y ha creado canciones con una indiscutible voluntad de convertirse en hits.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.