Rook

Con “Rook” ya son cinco los elepés que han publicado Shearwater, y parece que con éste finalmente encuentran la sonoridad exacta –la que los define como una propuesta muy personal en el ecléctico panorama musical indie–. Hace ya ocho años que Jonathan Meiburg (Kingfisher) y Will Sheff (Okkervil River) decidieron escribir “The Dissolving Room” (Grey Flat, 01).

Tres discos, un Ep después y con una formación donde la voz majestuosa (¿un poco afectada, quizás?) de Meiburg comparte protagonismo con los multiinstrumentistas Kimberly Burke, Howard Harper y Thor Harris, Shearwater entregan su disco más conciso, más completo y laberíntico de su trayectoria. En las diez composiciones de “Rook” se intuye un intento de abandonar barroquismos sonoros pretéritos: así, a las letras paisajísticas –y muy literarias– de Meiburg debemos sumar una instrumentación que busca la concreción al mismo tiempo que una exuberancia que incluye un número considerable de instrumentos y multitud de colaboraciones (arreglos de cuerda, trompetas, tubas, clarinetes, arpas). “Rook” es un disco muy bien acabado, capaz de emocionar en algunos pasajes (“I Was A Cloud”) y pisar el acelerador cuando conviene (“Century Eyes”), pero aun así calculadamente difícil y poco accesible.