Roddy Ricch cerró el año 2019 con uno de los mejores registros de la escena trap norteamericana –logrando el Nº 1 en Billboard– y ha empezado 2020 consiguiendo un hito: volver a ese Nº 1 de Billboard, siendo el primer álbum debut de un artista de hip-hop/trap en conseguirlo.
La verdad es que “Please Excuse Me For Being Antisocial” tiene todo lo que se necesita para triunfar en un chart como Billboard. La juventud y el desparpajo de Ricch para ofrecer un trabajo de hasta dieciséis temas que se escucha de un tirón sin dejar lugar para el aburrimiento es uno de ellos. También influyen las cuidadas colaboraciones que, en lugar de eclipsar al joven de Compton, lo realzan y consiguen que llegue a otro nivel. La mejor en este sentido es “Peta”, junto a Meek Mill, en una canción que sirve, igualmente, para ilustrar la que para mí es una de las mejores virtudes de todo el trabajo: las producciones. Y es que el éxito incontestable de “Please Excuse Me For Being Antisocial” no podría entenderse sin mirar con lupa el trabajo de productores como Sonic o Fabio, así como leyendas como Mustard (“High Fashion”). Con un espíritu que recuerda al del trap de 2017 (el gran año de Kodak Black, entre otros), plagado de vientos y beats sincopados, Ricch se lanza infatigable a lo largo de mas de tres cuartos de hora.
Es, en definitiva, un álbum equilibrado en cuanto al sonido, pero, a su vez, quizá, poco original. “Please Excuse Me For Being Antisocial” es una obra que refleja a la perfección el momentum del género; ya asentado, con los artistas con los códigos más que aprendidos y capacidad para asaltar posiciones mainstream pero teniendo cada vez más complicado sorprender en lo musical. A pesar de ello, sí hay que valorar cómo un rapero joven de Compton, que podría estar influenciado por el sonido West Coast, es lo suficientemente versátil para sonar a Atlanta y a Chicago por momentos.
El álbum debut de Roddy Ricch ha supuesto un impacto brutal en la escena, desde hace bastante tiempo no se veía a un artista capaz de hacer un álbum en el que todas las canciones fueran tan escuchables sin recurrir a la mezcla con el pop. Además de “Peta”, “Prayers To The Trap God”, “Moonwalking” con Lil Durk o “The Box”, son temas que dicen mucho –y bueno– del futuro de Roddy Ricch.
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