Robert Forster -otrora artífice de los imprescindibles The Go-Betweens junto al fallecido Grant McLennan- siempre ha contado con una valiosa elegancia. Una cualidad que el australiano ha ido moldeando como principal distintivo de su música a lo largo de más de tres décadas de carrera, y que ahora vuelve a presentar en un disco trazado con extremo cuidado.
La conjunción del aire crooner y sus actuales preferencias en torno a pop optimista propicia una atractiva mezcla que resulta irresistible en sus mejores momentos. Al igual que sucede con otros veteranos activos como Lloyd Cole, Bryan Ferry, Robyn Hitchcock o David Bowie, Forster suena tremendamente actual y vigente partiendo de un embaucador clasicismo. Y es que algunos autores no sólo evitan pasar de moda, sino que se mantienen prodigiosamente al margen del paso del tiempo.
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