Se nos lleva el aire
DiscosRobe Iniesta

Se nos lleva el aire

8 / 10
Jesús Casañas — 20-12-2023
Empresa — El Dromedario Records
Género — Rock

Robe lo ha vuelto a hacer. O mejor dicho, “Los Robe” lo han vuelto a hacer. Y es que, tal y como volvió a apuntar el músico extremeño en la rueda de prensa de presentación del disco nuevo, “somos más banda de lo que ha sido Extremoduro nunca”. Lo cierto es que la formación del nuevo proyecto de Iniesta lleva ya junta doce años, y se nota el empaque y la complicidad que han adquirido los músicos. El único cambio desde que arrancaron fue la incorporación de Woody Amores como guitarra solista, con lo que perdían el toque acústico de los dos primeros discos y llevaban su propuesta a terrenos más roqueros y distorsionados. Quienes pensaban que con Mayéutica habían tocado techo, han de volver a quitarse el sombrero ante “Se nos lleva el aire”. Una nueva entrega de rock progresivo y psicodélico mezclado con un sinfín de estilos, compuesta por Robe durante la pandemia y arreglada posteriormente en el local de ensayo bajo la habitual fórmula de experimentación que trae consigo la libertad creativa. Aunque, como reconocía Lorenzo González (el portentoso cantante de los registros agudos): “Tienes que estar dispuesto a que te digan “esto es una mierda””.

El reposado medio tiempo de “El hombre pájaro” sirve para abrir, con el piano de Álvaro y el violín de Carlitos cediéndole poco a poco protagonismo a la guitarra de Woody. El arranque de “Viajando por el interior” es simplemente brutal, presentándonos un tema guitarrero que podría haber encajado perfectamente en Para todos los públicos (el último disco de Extremoduro) donde vuelve a estar presente el cacereño Valle del Jerte: “Te llevaré al Piornal para que veas el mar con mis mejores intenciones”. “Nada que perder” es el segundo adelanto del disco, aquel que ya nos puso los dientes largos hace un mes con su correspondiente videoclip en blanco y negro. “A la orilla del río” también tiene cierto regustillo a Extremo con esos punteos de guitarra armonizados junto al violín, aunque puede que lo mejor sean los coros a contratiempo de Lorenzo. “El poder del arte” es el tema más largo del álbum, con nueve minutos llenos de subidas y bajadas que consiguen algo tan difícil como no aburrir, rematando con un guiño a “Apocalypse Now”: “Me encanta el olor a napalm por la mañana”. Más guitarreo y Hammond con “Haz que tiemble el suelo”. El violín de Carlitos se luce especialmente en “Puntos suspensivos”. A continuación “Ininteligible”, el primer adelanto que ya en 2022 nos dejó claro que el grupo iba a seguir apostando por la senda progresiva y distorsionada abierta en “Mayéutica”. Sigue “Adiós, cielo azul, llegó la tormenta”, cuyo título recuerda irremediablemente al de la ya clásica “Adiós abanico, que llegó el aire”. Cierra “Esto no está pasando”, una gamberrada que no llega a los tres minutos en la que sale la vena más punki de Iniesta: “Vamos a robar un banco. No me jodas. No me jodas”.

Aunque no suponga un disco conceptual como “Mayéutica”, el nuevo disco mantiene su estela: temas largos llenos de progresiones, cambios de dinámica, hueco para todos los instrumentos y las letras de Robe a la altura que nos tiene acostumbrados, demostrando una vez más que la poesía no está reñida con las frases lapidarias ni las palabras malsonantes. Todo rematado con el espectacular artwork de Diego Latorre (responsable también de los videoclips). “No es necesario entender el arte para disfrutarlo”, sentenciaba Robe en la presentación. Amén.

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