Mayéutica
DiscosRobe Iniesta

Mayéutica

8 / 10
Jesús Casañas — 03-05-2021
Empresa — El Dromedario Records
Género — Rock

En 2008 publicaba Extremoduro "La Ley Innata". En la línea de "Pedrá", se trataba de un disco conceptual (dividido esta vez en seis pistas) donde la música se abría a la experimentación, lo sinfónico y lo progresivo. Ambos descolocaron al público en un primer lugar para terminar convirtiéndose en obras de culto con el paso de los años. Y precisamente en 2018, una década después, Robe creó una suerte de segunda parte que, como iremos descubriendo ahora, está llena de paralelismos y referencias. Desde su estructura, tal y como explica su autor en el interior del libreto: “Mayétuica es una canción concebida como una sola obra que consta de cuatro movimientos. Comienza con un interludio, que la enlaza con La Ley Innata, y acaba con una coda sin final”. También en el precioso artwork, concebido por Iosu Berriobeña con las ilustraciones y diseños de Diego Latorre, que nos propone una interesante portada que bien puede recordarnos a una vagina. Y desde el propio título, que vuelve a las referencias filosóficas, siendo la mayéutica según Sócrates el “diálogo metódico por el que el interlocutor interpelado descubre las verdades por sí mismo”.

No obstante, el trabajo no ha sido registrado por Extremoduro (quienes aparecen en los agradecimientos por sus aportaciones) sino por los músicos que acompañan a Robe en su nueva aventura. Con ellos entró a grabar en 2019 el que supone su tercer disco de estudio “en solitario”, y tras el intento frustrado de hacer la gira de despedida de Extremoduro, lo publica ahora auspiciado nuevamente por El Dromedario Records.

Tal y como habíamos escuchado en el adelanto "Segundo Movimiento: Mierda de Filosofía", la principal novedad en cuanto al sonido se refiere es la incorporación a la banda de un guitarra solista. Se trata de Woody Amores, curtido junto a músicos como Sínkope, Raimundo Amador o Jeannete, y que asume melodías que anteriormente es de suponer que habrían defendido el saxo o el clarinete de David Lerman (que esta vez se limita a tocar el bajo). Un sonido por lo tanto más guitarrero y más distorsionado que en los dos álbumes anteriores, que no deja por ello de sonar a “Robe”, con las ya características voces agudas de Lorenzo González, las teclas de Álvaro Rodríguez (que esta vez se explaya con el Hammond), el violín de Carlitos Pérez y la batería de Alber Fuentes. Subidas, bajadas y una variedad de estilos desacomplejados que van del rock al funky pasando por la música disco.

Con respecto a la letra, escrita con el gusto y la calidad habituales, nos topamos con una larga carta de amor donde Iniesta describe las emociones que le invaden ante la ausencia y el reencuentro de la musa en cuestión. Llena de reiteraciones intencionadas, autorreferencias y hasta un interesante pie de página que nos explicará el significado de la palabra “embestir”. Muchas ganas de ver cómo lo defienden en directo. También de asistir a la gira de despedida de Extremoduro, si es que se realiza finalmente. Y, en ambos casos, de “bailar como una puta loca”.

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