No por muchas veces afirmado deja de ser cierto: Rise Against solo sacan buenos discos de hardcore melódico con mensaje. Su octavo trabajo, "Wolves", no podía ser una excepción. Sus nuevos temas, la gran mayoría siguiendo la marca de la casa (ese sonido tan reconocible, a medio camino entre el Bad Religion y los últimos Boysetsfire), llegan en uno de los momentos más controvertidos y, sobre todo, delicados de su país.
La banda liderada por Tim McIlrath, voz e ideólogo, ya levantó la voz contra George W. Bush –¿recordáis las compilaciones "Rock Against Bush"?– y ahora van sobrados de motivos para arremeter con Donald Trump, un tipo con más peligro que un mono con una escopeta como se ha demostrado en sus primeros días como presidente. De hecho, se conoce que el presente disco iba a llevar el título de unos de los temas ("Mourning In Amerika"), pero los de Chicago decidieron darle la vuelta a la situación y escribir subrayando el potencial de la gente. La cosa no va de quejarse, sino de empoderar, de tomar partido, de pasar a la acción.
El título me recuerda la locución latina "Homo homini lupus", utilizada por Thomas Hobbes en el siglo XVII para describir algunos comportamientos humanos. Rise Against parecen tomar prestado este concepto a caballo entre la sociología y la ciencia política para pegar un puñetazo en la mesa y gritar que ya basta. Si el hombre es el lobo para el hombre, ahora más que nunca debemos es el momento de enseñar los dientes y las garras a magnates sin escrúpulos, pero también a xenófobos, misóginos y homófobos. “¡Somos los lobos!”, grita McIlrath en el corte inicial, "Wolves".
Las letras del octavo disco del cuarteto de Chicago señalan abiertamente el racismo de los muros ("How Many Walls") y los peligros de la posverdad y la desinformación ("Welcome To The Breakdown" y "Broadcast[Signal]Frequency]"), por ejemplo, pero también recuerdan que un cambio es posible si todos queremos, si todos creemos que es posible. “¿No somos los suficientemente buenos? ¿No somos suficientemente valientes?”, se pregunta McIlrath en "The Violence". Así, lejos de sonar más encabronados y oscuros que nunca, Rise Against suenan tremendamente accesibles en la autocrítica "Far From Perfect", bajan las revoluciones por minuto en "Bullshit" (con guiños a los aires jamaicanos de The Clash y a la poesía revolucionaria de Billy Bragg) y bordan unos cuantos himnos para estadios como "Politics Of Love", "Parts Per Million" y, sobre todo, "Mourning In Amerika", muy en la onda de los últimos Against Me!
En estos nuevos aires de la banda puede tener algo que ver la participación de Nick Raskulinecz (Foo Fighters, Deftones) y haber grabado en Nashville, lejos del estudio del All y Descendents Bill Stevenson, con quien habían grabado sus anteriores trabajos. En este sentido, el presente Wolves introduce algunas novedades, pero totalmente compatibles con la esencia de la banda, compatibles con lo que todos esperamos de Rise Against.
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