Los de Gruff Rhys la clavan –de nuevo- demostrando que los grupos que entregan discos flojos cuando se espera mucho de ellos es simplemente porque les queda poco por decir. Y como nunca pueden hacer lo que se espera de ellos, en “Rings Around The World” resuenan ecos de la mejor E.L.O. (¡¿o es que nadie recuerda lo grandes que fueron?!), de Buffalo Springfield y unas armonías vocales inspiradas en los setenta sección pastoril-conventual. Todo ello servido con un sonido grandilocuente y brillante (“cinemático”, dicen ellos) gracias a la mezcla con el nuevo sistema 5.1 Surround Sound y unos arreglos electrónicos tan llamativos como es habitual. Si además recuperan la voluntad melódica de “Fuzzy Logic” y “Radiator”, resolver la ecuación es fácil: uno de los mejores discos del año (si no el mejor), un homenaje a una época en que lo indie y lo mainstream no andaban tan separados y un futuro clásico. Todo en uno y sin pisar senderos trillados. Ahí es nada.
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