Para algunos músicos, la madurez es ese estado de creación musical en el que, aseguran, sacar a relucir la mejor versión de sí mismos. También es el momento en el que suelen convertir, generalmente, su refrescante rabia juvenil en un punto de vista con la misma cantidad de elegancia que de ira. Algo así le ha sucedido a Richard Ashcroft con nuevo disco: "Natural Rebels".
El que fuera líder de The Verve –esa banda que abrochó la época dorada del Brit pop– comenzó su carrera en solitario en el año 2.000 y, desde entonces, ha editado seis trabajos. En cada uno de ellos, y en las canciones que los abrían, Ashcroft ha mostrado el tipo de hombre que era y la fase vital que atravesaba.
Desde aquella "A song for the lovers" –incluída en "Alone with everybody" (2000)– hasta "All my dreams" –tema que abre su nuevo LP– Ashcroft ha sido un tipo oscuro, sexy, inadaptado, combativo e incluso osado. Ahora, la voz más rota le delata en sus años de oficio: grave, profunda y sin complejos; sin miedo a arrastrar el final de sus estrofas hasta el vibrato, el músico inglés se ha convertido en un clásico.
Alcanzar ese estatus es convertirse en una figura cuyas composiciones o se convierten en un soberano aburrimiento (a algunos como Van Morrison, tristemente, les ha sucedido) o son tan excelentes que funcionan igual de bien para ilustrar una mañana de limpieza general en casa, que como banda sonora para una noche en casa ajena, un desamor o la preparación de un look para una noche que promete. Y es que, ¿hay algo mejor que encontrarse con canciones para bandas sonoras polivalentes?
En "Natural Rebel", Ashcroft amplía la rendija para que entre más sol por la ventana; pero también, propicia ese aroma melancólico que agrada y no embriaga. Destacan "Born to be strangers" o "Money Money" como canciones con el componente sexy: ese que, al menos, todo LP que se precie debe contener. Y es que, Richard Ashcroft pertenece a esa camada de músicos ingleses que, a medida que cumplen años, más que como un buen vino, son como un traje de Paul Smith: nunca defraudan.
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