Toda espera suele ser amenizada con ríos de tinta en forma de rumores y conjeturas, y Leftfield había concitado un montón desde que en el 96 publicaran el aclamado “Leftism”, aquel debut que los encumbrara al Olimpo de la escena techno más visceral e hiperacelerada.
Por aquel entonces, su receta acertó al combinar elementos rítmicos de diferentes culturas no occidentales filtrados a través de géneros como el house o el techno. Animados por la repercusión de su trabajo, Paul Daley y Neil Barnes decidieron embarcarse en empresas mayores, pero cada vez que creían alcanzar sus objetivos, alguien se les adelantaba y quedaban en la estacada. Así, una y otra vez, hasta que por fin “Rhythm And Stealth” ha visto la luz.
Al igual que en “Leftism”, la nueva entrega es un regalo para los clubbers de orientación más radical y oscura. Desde el retumbar compulsivo de “Double Flash” al homenaje a glorias pasadas del bass-tech en “6/8 War”, el disco sigue repartiendo hostias con muy mala leche. Son sus señas de identidad y, para la ocasión, sus sparrings han sido de lo mejorcito: desde Roots Manuva (“Dusted”) a Cheshire Cat (“Chant Of A Poor Man”). Pese a ello, a medio camino de sus intenciones.
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