Repasando la actividad de Rhiannon Giddens durante estos últimos años, todo el mundo coincidirá que ha sido muy intensa y no ha parado quieta ni un segundo. Solo hay que acceder a su página en Wikipedia para darse cuenta de ello. Sin embargo, más allá de todo ese trabajo multi-disciplinar que la ha llevado de componer una ópera a escribir cuentos para niños o hacer un minuciosos trabajo sobre la historia del banjo, lo que más interesa ahora es este “You Are The One” que tengo entre manos.
“You Are The One” es el quinto álbum de la artista en solitario, si contamos también los dos últimos discos con su pareja sentimental, el italiano Francesco Turrisi. Y esta vez la novedad reside en que se trata de un trabajo en el que, de forma algo intencionada, la artista estadounidense ha buscado cierto impacto comercial, realizando un álbum con una producción prístina, en el que destaca su voz por encima del resto de instrumentación y en el que todo suena con una claridad a veces incluso excesiva. Demasiado blanco. Además, a eso hay que añadirle que ha puesto la variedad de registros por encima de la unidad del disco, y ha buscado el single de forma nada disimulada, construyendo una colección de temas que adolecen de una evidente falta de cohesión.
Así en “You Are The One” podemos encontrar canciones compuestas por Rhiannon Giddens que por momentos parecen estándares de esos que vienen sonando desde toda la vida. Solo hay que escuchar un tema como la desgarradora “Another Wasted Life” para que se materialice en tu cabeza la figura de John Barry y su inmortal “Goldfinger” interpretado por Shirley Bassey. Pero es que en “Who Are You Dreaming Of” nos transporta al jazz vocal, donde parece rendir homenaje a artistas inmortales como Billie Holiday o Ella Fitzgerald, para acto seguido transpornos de nuevo a un espectáculo de cabaret en pleno barrio francés de Nueva Orleans en “You Put The Lugar In My Bowl”; a un granero de Kentucky a ritmo de bluegrass en “Way Over Yonder” o al sonido cajun en “You Lousiana Man”. Un viaje musical que demuestra lo que ya sabíamos: que la vasta cultura musical de Rhiannon Giddens le da la suficiente pericia para enfrentarse a cualquier sonido tradicional, dentro del espectro que va de Irlanda a Nashville, pasando por todas las riberas que baña el Misisipi.
Estamos por tanto ante un disco de género en el que el country, el blues y el soul se dan un abrazo, que se vuelve más interesante cuando la canción menos se somete a un género de forma fiel. Así lo mejor del álbum reside precisamente en esas canciones de carácter algo más personal como la que da título al álbum o ese fantástico duelo con Jason Isbell en “Yet To Be”. Una evidencia que, en cierta medida, nos hace añorar el trabajo que la propia artista logró en un álbum como “Freedom Highway” (Nonesuch, 17) que giraba alrededor de lo que ha significado y significa ser una madre negra en los Estados Unidos. Concepto que le daba una unidad de criterio a las diferentes texturas musicales que recorría el álbum, que es justo lo que le falta a este “You Are The One” .
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