Eminem lleva desde 1999 con The Slim Shady escupiendo rimas a velocidad de vértigo, "deleitándonos" con su humor "white Trash" y sorprendiéndonos con los duetos más inimaginables. Pero sobre todo y gracias a aquel viejo éxito que fue Stan, lleva casi dos décadas agarrado a una formula que ha pasado de graciosa a empalagosa.
Acostumbrado a sobrepasarnos con discos inmensos, en duración, no va a cambiar ahora. Cuando se pone serio no deja de resultar cómico, y su enésimo ataque a su ex es ya, por repetitivo, motivo de repulsa. Revival es una vuelta más a una formula agotada. Y esta vez a pesar de colabores de lujo, el despelote no lo salva ni Beyoncé en Walk On Water. Hay momentos de vergüenza ajena como ese engendro junto a Ed Sheeran. La habitual colaboradora, Skylar Grey, tampoco logra arreglar el desaguisado. Alicia Keys aparece en el patriotero Like Home una oda a su país y un ataque burdo e infantiloide a Trump.
Siguiendo con los momentos bochorno podemos añadir algunos samplers que por sobados y desafortunados dan ganas de golpearle con su estatuilla de los Oscars hasta dejarlo en coma. Samplear y revisitar el I love Rock And Roll de Joan Jett debería estar penado, aunque Rick Rubin, este tras los controles. No ayuda en su defensa samplear más adelante el Zombie de The Cramberries. Los cortes con P!nk y Kehlani son las versiones de Stan de este 2017. Y así discurren los 79 minutos más aburridos del rap de este 2017. Solo se salva el intento de modernizar la formula con Chloraseptic de la mano de PHRESHER, que por desgracia se queda en anécdota. Un ladrillo total.
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