Joe Henry es un músico como la copa de un pino. Y no sólo eso, también es un productor cada vez más cotizado y capaz de extraer el máximo jugo a todos los artistas con los que trabaja (a la vista está lo conseguido en la última entrega de Me’Shell Ndegeócello). En cuanto a su carrera propia, sigue un camino que va en línea recta. En ese sentido, sus discos ya no deparan grandes sorpresas, cuando de “Scars” a “Tiny Voices” sí había un gran salto en cuanto a concepto. Desde que publicó el excelente “Civilians” sus obras se parecen más entre si, ha encontrando un sonido propio y personal que ahora explota, con el único peligro en este caso de que igual se quede un poco anclado. Pero dada su capacidad para componer e inventar, seguro que para su siguiente álbum encuentra otras vías de exploración. De momento, lo que nos ofrece en “Reverie” es otra retahíla de canciones que te atrapan sin remisión, aunque en el segundo acto decaiga un pelo su inspiración, sin embargo eso no es óbice para disfrutar de temas como “Heaven’s Escape”, “Sticks & Stones” –la mejor pieza del lote- o “Dark Tears”. Para redondear, Henry rinde homenaje a Vic Chesnutt en la espeluznante “Room At Arles” y a Odetta en el tema que lleva su nombre por título. Y como de costumbre, Marc Ribot le echa una mano encargándose del ukelele en tres canciones. Nivel.
At 32 and currently linvig in San Francisco, his music embraces all of his influences from over the years to the fullest, creating a unique juxtaposition of styles that anyone with discerning taste can get behind. That is great to find out that his music embraces all of his influences