Vivien Goldman es una mujer extraordinaria cuya mera existencia desafía todos los tópicos y prejuicios sobre nuestra denostada profesión. Según la leyenda urbana todos los críticos musicales somos (en el fondo o en la superficie, en mayor o menor medida) esencialmente músicos frustrados. Podríamos responder a esa acusación hablando de Chrissie Hynde o incluso de Lenny Kaye, pero ningún otro ejemplo ilustra una mejor defensa que la propia Goldman. Periodista y crítica en activo, a lo largo de los años sus textos han aparecido en las revistas musicales más reconocibles de Gran Bretaña (NME, Sounds, Melody Maker…). Especialista en reggae (escribió la primera biografía de Bob Marley), afrobeat, punk y hip-hop, comenzó su carrera como promocionera en Island Records y relató en primera persona la explosión musical del 77 en Londres.
Pero si hoy hablamos de ella es porque además entre 1979 y 1981 decidió grabar su propia música. Poca, eso sí. Pero qué música. Por primera vez un disco recopila sus ocho incursiones en un estudio de grabación. Primero como fugaz integrante de The Flying Lizards, posteriormente en solitario y por último como parte del dúo Chantage. Con el grupo de David Cunningham apenas ejerció de vocalista en dos temas, “Her Story” y “The Window”, ambos compuestos por ella e incluidos en el debut de la banda “The Flying Lizards” (Virgin, 79). Una deliciosa amalgama de free-jazz y post-punk que anticipa lo que vendría poco después (aunque aquí aparezca en primer lugar): los tres temas publicados bajo su nombre en el mítico sello 99 Records. Producidos por John Lydon y Adrian Sherwood e incluidas originalmente en el EP “Dirty Washing” (99 Records, 81), “P.A. Dub”, “Private Armies” y, muy especialmente, “Launderette” (canción de culto donde las haya) forman un triángulo perfecto en el que Goldman consigue aunar de forma convincente sus variopintas influencias. Sampleadas hasta la saciedad por artistas como Madlib o The Roots, sus líneas de bajo combinan la atmósfera del dub jamaicano con la crudeza del punk y la libertad de la música de vanguardia. Además, el recopilatorio también incluye los tres temas de Chantage, su (breve) proyecto junto a la afro-francesa Eve Blouin. Si es en Londres donde nació su amor por el reggae, es durante su etapa en Paris (a principios de los ochenta) cuando profundiza en sus raíces, absorbiendo una ingente cantidad de música africana. Un estudio que cristalizó en “It’s Only Money” (Virgin, 83), un 12" con tres canciones (incluidas en esta antología) que son, básicamente, soukous congoleños con sintetizadores. En definitiva, una orgía de sonidos que se cierra con una breve entrevista en la que la artista se despacha a gusto exponiendo algunas de sus interesantes ideas sobre la música y sobre el mundo.
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