Por encima de un minutaje excesivo y de tres o cuatro canciones innecesarias, “Resist” asume su condición de disco incomprendido y maltratado por la prensa con la convicción de los álbumes que, pese a los errores, aportan más detalles y soluciones que la media general. Y en todo caso, este debut es capaz de imprimirle vida, organismo y circulación sanguínea al drum´n´bass, hecho que ya es, por sí mismo, un dato a tener en cuenta. Pero a ello cabe añadirle dos factores clave: Kosheen compactan su concepto expresivo (rítmica drum´n´bass y melodías vocales soul) en un discurso melódicamente avasallador y, en segundo término, saben dotarlo de un matiz pop que no admite dudas de ningún tipo. Es un disco con ideas, atrevido y comercial a la par, capaz de asimilar aspectos del subsuelo y el mainstream y desvergonzarlos recíprocamente. Y siempre con la garantía de cinco o seis himnos inapelables que ya figuran entre las dianas creativas de los últimos meses.
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