Me cuesta hasta escribirlo. Me niego a imaginarlo, pero por lo que parece este álbum de correosas versiones será un prematuro testamento que no tenían preparado. Sí, ya sé que la banda no ha dicho un adiós definitivo y que tienen intención de continuar (incluso se ha rumoreado que B-Real de Cypress Hill puede ser el recambio), pero se hace difícil imaginar a RATM sin Zach De La Rocha, aunque tampoco hubiéramos imaginado a unos Purple sin Gillan, a unos Sabbath sin Ozzy o a unos Van Halen sin Dave…
Me cuesta hasta escribirlo. Me niego a imaginarlo, pero por lo que parece este álbum de correosas versiones será un prematuro testamento que no tenían preparado. Sí, ya sé que la banda no ha dicho un adiós definitivo y que tienen intención de continuar (incluso se ha rumoreado que B-Real de Cypress Hill puede ser el recambio), pero se hace difícil imaginar a RATM sin Zach De La Rocha, aunque tampoco hubiéramos imaginado a unos Purple sin Gillan, a unos Sabbath sin Ozzy o a unos Van Halen sin Dave… Si aquellas formaciones no volvieron a ser lo mismo, me temo que algo similar ocurrirá aquí. La rabiosa personalidad de Zach a la hora de escupir proclamas ha marcado el sonido de la banda tanto como la diabólica habilidad de Tom Morello para el rasgado metálico de su guitarra. RATM, o al menos los RATM que conocemos, han pasado a mejor vida víctimas de un estilo férreo. Una coraza que inmovilizaba las ansias de Zach por las nuevas posibilidades que abre la tecnología. Cualquier uso de ellas en un disco de RATM hubiera sido un atentado contra la línea de flotación de su integridad, pero es que tampoco las relaciones entre los miembros del grupo venían siendo lo fluidas que eran antaño. Lógico. Tras uno de los discos de debut más importantes de la historia del rock lo demás ya estaba escrito. Al igual que este compilación de versiones de la que ya está todo escrito: RATM sonando a RATM, versioneando artistas a los que en cierta medida les deben lo que son: MC5, The Stooges, Bob Dylan, The Rolling Stones, Afrika Bambaata, Devo, EPMD, Cypress Hill… Artefacto imprescindible si en tu corazón hay una herida profunda.
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