Reediciones Elkar
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Reediciones Elkar

9 / 10
Urko Ansa — 28-09-2016
Empresa — Elkar
Género — Varios estilos

Qué maravilla. La discográfica Elkar sigue con su tanda de reediciones de discos clásicos en vinilo, esta vez incidiendo especialmente en los gloriosos años 80; aunque con un epílogo especialmente significativo: El debut de Kuraia. Poseedora en la actualidad de los catálogos de IZ, Xoxoa y Oihuka, entre otros, y cuidando tanto las mezclas como las carpetas originales, nos ofrece la posibilidad de una experiencia total viendo las fotos, leyendo las letras y, sobre todo, encogernos de emoción con tantos clásicos en maravilloso formato de 180 gramos y, por supuesto, remasterizado.

MIKEL-LABOA-LAU-BOST

Mikel Laboa “Lau-bost” (Xoxoa, 1980)

Rompiendo el hielo, y respetando el orden cronológico en que fueron editados en su día, solo queda maravillarnos, una vez más, con la magnífica portada de “Lau-bost” del añorado Mikel Laboa, doble elepé editado en 1980. En esta cubierta de –cómo no- José Luis Zumeta, entre bella y perturbadora, emerge desde el mar la cabeza de Mikel con un cuello escamado alargado casi hasta el infinito que el aturdido espectador observa desde la playa, mientras un O.V.N.I. sobrevuela el cielo (¿?).

Con un repertorio absolutamente imbatible, donde confluyen de nuevo sus tres vertientes artísticas, nos sumergimos en piezas rescatadas del repertorio tradicional/popular como las inmortales “Kantuz”, “Xoxo beltza”, “Oi Pello Pello… etc. junto con la adaptación de poetas contemporáneos (J.A. Artze, Bertol Bretch, Xabier Lete, Xalbador) en “Liluraren kontra”, “Izarren hautsa”, “Martxa baten lehen notak”… todas absolutamente imprescindibles, rematadas con sus logradas piezas experimentales, transgresivas donde las haya, como “Komunikazio-inkomunikazio”, “Dialektikaren laudorioan” u “Orreaga”, todas ellas encuadradas en su mítica serie “Lekeitio”.

Tal es la inmensidad de la obra que resulta imprescindible incluirla, sin tapujos, entre lo mejor de la canción popular de su tiempo. Diseño, portada y contenido dan forma a una doble carpeta que contiene en sí misma el pasado, presente y futuro de la canción vasca. Con este disco Laboa inicia una etapa donde explora sonoridades, encuentra los mejores músicos para completar trabajos cada vez más elaborados y redondos, para seguir, con este nuevo impulso, haciendo historia teniendo que hacer frente a partir de este momento, por suerte o por desgracia (según se mire), a la categoría de mito al que le ha aupado la sociedad vasca y parte de la estatal y europea.

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La Polla Records "No somos nada" (Oihuka, 1987)

La Polla Records rompieron con todo. Con todos los matices que se quieran hacer, y según la mayoría de testimonios de los que vivieron la época, fueron ellos, junto a Hertzainak y Barricada, los que barrieron con la escena, quienes dieron el gran vuelco cambiando para siempre la dimensión de festivales y conciertos a lo largo y ancho de Euskal Herria. En este, su tercer larga duración, el mítico “No somos nada” del año 1987, el grupo sigue agrandando una reputación que ya se había convertido en leyenda. El no dejar títere con cabeza, el repaso a la problemática social y la rebelión ante todo tipo de autoridad seguía teniendo en la pluma de Evaristo su mayor aliado, sin dejar de lado, evidentemente, otros míticos como Iosu Expósito. El disco entero es una auténtica patada en los cojones al sistema (“La justicia”, “Otro militar”, “Todo por la patria”, “Hipócritas”, “Qué paz”) sin olvidar en ningún momento la diversión (“Jamaica”). Los estamentos militares y eclesiásticos, los políticos, la justicia, los empresarios… en fin, toda esa pléyade de parásitos (como diría Evaristo) son blanco de una más que incisiva crítica social y política. Canciones rápidas, algunas de menos de un minuto, coros adictivos tan típicos del quinteto de Agurain y mucha caña son los que dan forma a un mensaje radical, apasionado e, incluso hoy en día para algunos, visionario.

Kortatu-Kolpez_Kolpe-Frontal

Kortatu "Kolpez kolpe" (Oihuka, 1988)


Saltando a 1988, Kortatu edita “Kolpez kolpe”, su tercer y último disco de estudio, cantándolo íntegramente en euskara. Dado el éxito que tenía Kortatu (no olvidemos que fueron disco de oro con su homónimo trabajo), la apuesta era encomiable, más teniendo en cuenta que los hermanos Muguruza aprendieron el euskara tardíamente, mientras Kortatu arrasaba en todo el Estado e incluso en algunos puntos de Europa. El cambio de idioma, a buen seguro, era un relativo suicidio comercial, algo que lo hace aún más meritorio. El vinilo suena como un torpedo, es excitación 100% pura y contagiosa. El trío de Irún se encuentra en plena expansión sonora, apuntando en todas direcciones y rematando la jugada con la incorporación de Kaki Arkarazo (guitarrista de M-ak) a los controles y ya hasta el final del grupo, también en los directos. La sección de viento sentaba especialmente bien a muchos temas, a la vez que se incorporaba un poderoso sonido de guitarra. De igual manera, se reforzaba sobremanera el ritmo, como en “A.E.K.’ko veteranoak”, “Oker nago”, “Ehun ginen” o “Makurtu gabe”, donde a ratos el tempo se hace maravillosamente pesado y poderoso. “After boltxebike”, “Etxerat”, “Gernika 37-87”, “Platinozko sudurrak” junto a casi todas, todo hay que decirlo, engrosaron la colección de imprescindibles de Kortatu, clásicos que no han perdido un ápice de frescura incluso en 2016. La propia “Denboraren menpe”, tan distinta, tan embriagadora, parece un hit internacional.

Kortatu-Azken_Guda_Dantza-Frontal

Kortatu "Azken guda dantza" (Nola!, 1988)

Y así, de repente, Kortatu nos dicen adiós el 1 de octubre del mismo año. Sin previo aviso. Sin posibilidad de enmienda. Iruña, la capital del reino, la cuna de los vascones, será el escenario de la despedida. El ya mítico pabellón Anaitasuna será testigo del adiós, con Delirium Tremens de teloneros, en uno de los mejores momentos de su historia, aunque aún no habían publicado el “Ikusi eta ikasi”. El doble elepé de Kortatu, “Azken guda dantza” (“última danza de guerra”) se publica, si no me equivoco, en el mismo año 88. Es el adiós definitivo a un icono, a una forma de lucha; los seguidores, aturdidos, lloran al grupo aunque acuden en masa al pabellón para disfrutar por última vez de la, para muchos, formación icono del Rock Radikal Vasco. El concierto es apabullante. Una auténtica fiesta de principio a fin. Por supuesto, la sección de viento que ya comentamos en “Kolpez kolpe” repite aquí (con dos sustituciones) para redondear el nuevo sonido con trompetas, trombón y saxo. La colección de hits es enorme: a los ya comentados del LP “Kolpez Kolpe” hay que añadir las míticas de sus dos primeros discos más el LP compartido con Cicatriz, Kontuz Hi! y Jotakie: “La línea del frente”, “A la calle”, “La familia Iskariote”, “Aizkolari”, el “Jimmi Jazz” de los Clash endiabladamente acelerado, “Zu atrapatu arte”, “Nicaragua sandinista”… Kortatu se despiden en la cresta de la ola, aunque muy pronto los Muguruza, junto a Kaki, darán forma a una de las más maravillosas historias de los 90: Negu Gorriak.

M-AK

M-ak "Barkatu ama" (IZ, 1989)


Nos encontramos ya en el 89 y M-ak se presentan lanzados y pletóricos con la publicación de su cuarto larga duración: El, para muchos, disco de culto por excelencia del rock vasco: “Barkatu ama”. Xabier Montoia (“Gamma” para los que le conocieron cuando cantaba en Hertzainak) afila su pluma y se muestra divertido e incisivo, mientras la música es absolutamente exultante. Ritmo penetrante, de espíritu libre y desbocado, negroide y atrevido. Todo eso y mucho más es “Barkatu ama”. Si no puedes parar bailando “Txo ixildu!”, la tremenda “Barkatu ama” y la no menos adictiva “Txipetan memoria”, tampoco lo harás con “Bloody mary” o “Menua”. Es un disco que ofrece alternativas, colorido y medios tiempos como compensación: “Prometeo Eizagirre” despide la cara A con líneas de bajo monocordes e hipnóticas como la igualmente sugerente “Desagertze bitxia”. Temas de rock potente como “Pistolaren mintzoa” (versionada posteriormente por Negu Gorriak), “Eddie Cochran-en balada”, “Opor guztietako zalantza”, el cierre con “Asmoak asmo”… y una sensación general de embriaguez y éxtasis redondean la escucha. No se incluyen, obviamente, “Asko sufritu nuen” y “Dallas”, temas que se publicaron como extras de la reedición en CD.

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Kuraia "Kuraia" (Metak, 2001)


Dando un salto de una docena de años e inmersos ya en el nuevo siglo, 2001 nos depararía una de las mayores sorpresas de la década. Supergrupo por excelencia, Kuraia fue una auténtica reunión de figuras del rock, punk y del heavy. Joseba Ponce, una vez disueltos Dut, se lia la manta a la cabeza y se fabrica él solito el esqueleto de este primer disco, “Kuraia”, que suena como una auténtica patada en el trasero: fresco, veloz, de una fuerza arrolladora, en muy poco tiempo pasa a ser un clásico del rock. Por si fuera poco, el grupo arrolla en todos sus directos, convirtiéndolo en, seguramente, el mejor sobre las tablas. Remarcamos lo de supergrupo porque nada menos que Mikel Kazalis (ex de Estigia, Anestesia y Negu Gorriak al bajo), Galder Izagirre (hoy en día en Berri Txarrak) de Dut a las baquetas y un invitado de lujo en el planeta vasco, el aragonés Fernando Gimeno (de El Corazón del Sapo) como cantante y frontman definitivo, fueron los encargados de completar la formación.

“Ni ere”, “Bizi gera”, “Kea”, “Biluztu”… se convirtieron en hits instantáneos e imprescindibles en sus directos. La mezcla de punk rock, la velocidad, con un sonido pesado en esencia (Hard Rock de alta factura) resultó explosiva, y aunque la cara A es superior a la B, el disco entero es imprescindible como atestiguan “Bidaiatzen” y la larga despedida de 8 minutos con el magnífico “Egunsentian”. Una de las cosas que más llamaban la atención era la dicción de Fernando: un tipo que venía de Zaragoza, que no sabía euskara, se canta el disco entero (exceptuando “Infierno”, claro) en la lengua de los Vascones y se lo curra tan bien que no se nota su procedencia. Realmente encomiable. Fue este el mejor disco de Kuraia, sin duda alguna, aunque el grupo siguió activo hasta 2006, publicó dos discos más y siguió pateando culos como el que más en el mágico lustro 2001-2006. Me atrevería a decir que influyó (dentro de la escena vasca) en la manera de concebir el rock and roll en el nuevo siglo, dando pie a una nueva oleada de grupos guitarreros, algunos de los cuales siguen hoy en activo.

No estaría de más concluir con las conexiones entre algunos de los discos comentados: Mikel Laboa colabora en “Ehun ginen” del “Kolpez kolpe” de Kortatu; Xabier Montoia lo hace en “Azken guda dantza” del mismo grupo; Kaki Arkarazo participa en “Barkatu ama” de M-ak como miembro de pleno derecho y también lo hace en “Kolpez kolpe” y “Azken guda dantza”. Casi parece hecho adrede, aunque seguramente sea una simple coincidencia. Salud, y a disfrutar de esta magnífica tanda, a la espera de las siguientes que llegarán pronto.

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