Recycled J es el ejemplo perfecto de que una carrera no hace falta que explote como una supernova para poder ser rentable y relevante en la escena urbana nacional. Un rasgo de la salud del género y de su asentamiento como uno más, sin tener que llevar a cuestas las palabras tendencia o moda, es su capacidad de acoger a figuras como Jorge, que, con década y media haciendo música a sus espaldas, se ha afianzado a base de trabajo duro, capacidad de adaptación, y una visión renovadora en la que ha creído antes que (casi) nadie y que sabe llevar adelante –cada paso un poco mejor que el anterior– con elegancia y buen hacer.
“Casanova” es el quinto álbum de estudio de Recycled J, pero el tercero al que, realmente, podemos encuadrar en esta fase que, como los libros de Teo, podríamos titular “Jorge descubre el pop urbano”, después de “Oro Rosa” y “City Pop”, de 2017 y 2019, respectivamente. Con una salvedad, mientras que Teo descubría cosas que ya existían previamente, Jorge es al mismo tiempo niño que se sorprende aprendiendo y experto descubridor. Es lo que tiene conjugar la juventud y la experiencia, es lo que tiene, haber sido precoz y un adelantado a su tiempo. El nuevo pop urbano le debe más a Recycled J que viceversa. “Casanova” es la cumbre de una evolución constante en la que lo más importante ha sido la perseverancia. “Oro Rosa” fue la irrupción en el imaginario popular más masivo como una figura independiente a su éxito con Hijos de la Ruina, y “City Pop” es un buen trabajo con picos interesantes que no llega a emocionar a pesar de una factura muy lograda, a cargo del propio artista madrileño y de Selecta, su productor de confianza en los últimos años.
Pero algo pasa con el cambio de década. Recycled J abraza realmente una identidad estética clara (en lo visual, pero también en lo creativo) e intenta dar el paso que poco después consagraría a Rauw Alejandro como una de las grandes estrellas del mainstream urbano de la actualidad. Pop, urban y electrónica –y amor, claro–: está se convierte en la fórmula de “Superpoderes”, un movimiento que no alcanzó la repercusión que se esperaba pero que, con el tiempo, se ha visto confirmado como el paso primero de un dominio del género por el que apostó. Después de ese movimiento, de renacer dejando atrás sus contratos con multinacionales que no sirvieron para lo pretendido, poner a Recycled a jugar en las grandes ligas de los números (en cuanto a prestigio Recycled J es sinónimo de grandes ligas), Jorge de Carabanchel, criado “entre el mercado y San Isidro”, alcanza un estado de gracia como nunca antes en su carrera. El volumen tres de Hijos de la Ruina, primero, y “Sad Summer” (21), después, son dos cimas creativas en su carrera. Los pasos previos (y necesarios) para auparse por fin a lo más alto.
“Casanova” es, al mismo tiempo, el principio de un viaje y el final de otro. Recycled J firma su mejor trabajo de larga duración hasta la fecha; inequívocamente brillante, el artista otrora conocido como Cool se ha destapado como uno de los mejores topliners, como uno de los mejores hacedores de melodías y como un escritor realmente hábil. Desde el disparo certero al corazón que es “150 Canciones”, donde habla en primera persona de su relación con Ana Sotillo, con quien protagoniza el videoclip (y su vida), pasando por “10.000 KMS.”, hasta llegar a una segunda mitad de trabajo donde se incluyen algunas de sus mejores canciones. Especialmente brillantes son “Rosas Freestyle”, donde se escuchamos una de las barras del año (“No hay nada peor que deberle un favor a un pijo, si no pregúntale a sus hijos”); “Pa no volver”, “Los muertos y las flores” y “Primadonna”, donde Selecta hace una de sus apariciones estelares en un trabajo que destaca por la profundidad de sus producciones, y su variedad dentro de un mismo estilo. Del mismo modo funcionan las letras: siendo un álbum eminentemente romántico, “Casanova” explora aristas y facetas muy diferentes de las relaciones amorosas, convirtiéndose en un viaje emotivo y emocional por el amor, la pasión y la seducción en todas sus formas. Jorge mira al pasado y al presente e imagina situaciones para armar un puzzle de piezas vistosas y atractivas.
A unos meses de emplazar a sus fans en el Palacio de Vistalegre, a pocas calles de donde creció y se crió, Recycled J se ampara en el amor para dejarnos con un álbum inteligente, valiente y con actitud. Uno de los mejores álbumes de lo que va de año en la escena y la confirmación de que, en este momento de su carrera, es capaz de mantenerse en lo más alto por sí mismo, aupar a los demás y abanderar un género al que le ha dado códigos, estilo y validación. Recycled J de Madrid al mundo, desde la independencia absoluta a los grandes recintos. Constancia, determinación y talento. Vivir para contarlo sin prisa: construir una carrera así solo es posible para quien se ha construido antes a sí mismo.
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