Difícil lo tenían Razorlight para sacar ahora la cara airadamente con tanta boquita y bocaza llenándose con su nombre y -lo que tiene aún más delito- el del rock. Así, en plan Mesías. Su segundo largo, homónimo (¿buscando quizá un asentamiento inconsciente?), es un constante déjà vu de medios tiempos de raigambre Motown (“Who Needs Love?” o “Hold On” parecen estar cogidos directamente de 1962, pero con la falta de encanto que caracteriza a 2006), lugares comunes sin gracia del brit en manos ya de la enésima generación, y letras que hablan de la arrogancia de los demás y sentimientos de hastío varios (quizá sean capaces de leer el pensamiento al oyente). Mucho más calmado que su debut “Up All Night”, el derrotero que toman estas diez canciones parece ser un poco más reflexivo y, hablando en plata, parece querer parar el carro antes de cagarla, lo que no quita no poder evitar pensar que ellos preferirían que se mencionase a Television o The Jam, pero es que Television o The Jam están en la historia de la música por motivos obvios y Razorlight puede que no acaben ni apareciendo entre sus grupos de seguidores si esta es la línea que quiere seguir. Una lástima, aunque no vamos a cerrarles las puertas de momento.
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