Sorprendente cambio de registro el escogido por Ray Lamontagne con el apoyo en las labores de co-producción de nada menos que Jim James de My Morning Jacket. Una referencia que no resulta nada banal si tenemos en cuenta los resultados de este “Ouroboros”. Efectivamente, el sexto trabajo del cantautor de New Hampshire ha tomado los derroteros del rock progresivo atmosférico y denso, basado en repetitivos riffs de guitarra de ascendencia incluso stoner (“The Changing Man”) que te pueden recordar a los Pink Floyd de Roger Waters (“In My Own Way”); a los devaneos piscodélicos de Jonathan Wilson (“A Murmuration Of Stralights”) o incluso a lo My Morning Jacket más hard-roqueros (“Hey, No Pressure”). Un disco que no sabemos si abrirá una nueva etapa en la carrera de Ray LaMontagne o simplemente quedará como una bonita anécdota en su casillero. Y lo cierto es que sería una lástima que no aprovechara la senda trazada y recogiera el testigo de las grandes bandas de los setenta porque la verdad es que “Ouroboros” funciona más allá del simple ejercicio de nostalgia. El opresivo ambiente sumado a ese lento devenir del rock progresivo que ejecuta, encaja a la perfección con esa prodigiosa garganta entre áspera y aterciopelada que ha sido siempre la huella de distinción de este artista.
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