En el año 2004 Ray LaMontagne curra de día como carpintero ocasional mientras dedica las noches a componer las canciones de “Trouble” su primer álbum. Él mismo ha explicado en diversas entrevistas que lo hace con penurias económicas desde una cabaña sin agua ni electricidad en la que vive con su pareja y sus dos hijos pequeños. Y, cuando escribe canciones, se fija, como no, en sus héroes. Rememora a Van Morrison, Stephen Stills, Bob Dylan, Sam Cooke, The Band, Cat Stevens o Neil Young.
Pues bien, nueve discos y dos décadas después, Ray LaMontagne sigue rememorando a sus héroes sin ningún disimulo en este último disco titulado “Long Way Home” con el que parece volver de nuevo a la casilla de salida. Un trabajo que sigue la estela del anterior “Monovision” (20) y se olvida de sus devaneos progresivos fuera del folk-rock más clásico y otras probaturas que llevó a término de la mano de músicos y productores como Dan Auerbach (The Black Keys) o Jim James (My Morning Jacket).
En esta ocasión, y para que todo quede en casa, se ha dejado guiar en la producción por un viejo amigo como Seth Kauffman, que ya ha participado como músico en varios de sus anteriores trabajos, y ha contado también con otro habitual como Carl Broemel (My Morning Jacket) a la pedal-steel, además de con The Secret Sisters a los coros. Un dúo con el que hace muy poco colaboró también en su último álbum, en una de esas baladas soul rompe corazones (“All The Ways”) que no deberías dejar de escuchar.
Y de esa guisa tenemos un álbum muy corto que despacha nueve canciones en treinta minutos, que tienen como único objetivo hacerte pasar un rato agradable, sin estridencias y salidas de tono. Lo cumple con creces en una escucha en la que podrás rememorar el sonido STAX (“Step In To Your Power”), pero también a Van Morrison (“I Wouln’t Change A Thing”, Sam Cooke (“My Lady Fair“) o al Neil Young de “Harvest Moon” (92) (“And They Called Her California”).
Nada nuevo bajo el sol, al igual que sucedía hace veinte años. Y es que pocas cosas se mueven en el estudio casero del cantautor de Nueva Inglaterra y, cuando se ha salido de su tangente, tampoco ha acabado de dar con la tecla de lo diferente. Así que mejor que se dedique a lo que sabe hacer bien y nosotros prometemos no pedirle peras al olmo. Eso se lo dejamos a otros como Sufjan Stevens o Justin Vernon. (Bon Iver).
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.