Una vida vulgar

Con la mochila a rebosar de ideas y soluciones a machetazo limpio, así es como se presentan Rata Negra en su nuevo LP. Y es que “Una Vida Vulgar” supera con creces las típicas limitaciones del ejercicio de estilo. Se trata de una colección de canciones conformadas bajo la ley de la experimentación en la sombra. Proverbial juego de estilos inoculado en el ADN de cortes como “Venid a ver”, arranque speedico donde nos empujan al realismo crudo dictaminado por el pregón obsesivo de “venid a ver lo que no queréis”, donde bulle el latido conceptual del resto de hermanas rabiosas, y en la que juegan con un punto gótico incrustado en la dinamo punk Sonic Youth.

Transitar el resto de estos 27 minutos y medio de pura fibra sirve para empaparnos de intensos estribillos new wave como en la memorable “El escarmiento”, donde, una vez más, Violeta escupe palabras que dibujan rutinas agrietadas en nuestro subconsciente, mientras la guitarra de Fa hila punteos agudos como el bisturí eléctrico de Andy Gill en Gang Of Four.

Pero quizá el momento que denota las (grandes) ambiciones dispuestas en este salto mortal hacia delante es el punk pop spectoriano ensamblado en la hermosa y terrible “Cuando me muera”, verdadero himno proletario en tiempos distópicos como los que nos está tocando vivir hoy en día.

No hay ninguna de estas diez canciones que imponga la sensación del piloto automático. En todas su variantes, siempre asoma una voluntad por deformar sus códices punk. Ya sea en la sequedad cortante del estribillo en “Llorando” o en la cósmica Pixies con la que tejen “En la playa”, Rata Negra disponen de un caleidoscopio multiforme, pero siempre reconocible, de referencias.

Lo que nunca cambia es su capacidad para esculpir en todas las canciones pasajes, giros e inflexiones vocales que exponen la inquietud de un grupo que, definitivamente, ha pegado el estirón que se venía intuyendo.