En esta segunda referencia del grupo de Oñati (Gipuzkoa) el cambio principal se encuentra en la disminución de componentes de la formación, que irónicamente ha propiciado el aumento de la pegada e intensidad de sus canciones. Ya no hay segunda guitarra ni tampoco ciertos sonidos de teclados que encontrábamos en aquel interesante “Pills for Horses”, pero no parece que les haga falta al tratarse de canciones cortas y directas que funcionan de maravilla en formato de trío.
Este disco corto suena más rockero y menos country que el debut que lanzaron el pasado año, y hay suficientes riffs certeros y cautivadoras melodías como para darse un garbeo a lo largo de estas seis breves aunque penetrantes canciones. De nuevo resuenan ecos de Dylan o Petty sin renunciar a ese estilo desenfadado y directo que desde hace un tiempo caracteriza las canciones de Juan Valls y su banda.
Ya desde la inicial “Draw Me a Line” uno puede quedar fácilmente atrapado en su red melódica gracias a unas estrofas certeras y al sorpresivo y efectivo cambio de ritmo hacia el final. “Violence Rounde the Edge of Her Mouth” contrasta con el final de “Tenderness Round the Edge of Her Mouth”, al ser la primera puro nervio rockero (con estimulantes filigranas del bajista) mientras que esta última se asemeja más a una suave nana. El instrumental “Wild Goose Chase” consigue transportarnos a bastante altura en solo dos minutos, y tanto “Burden of Dreams” como “Tell a Vision” tienen esa irresistible combinación de fuerza rockera, casi punk, y voces melódicas, que en ocasiones puede recordar a The Replacements.
Las letras resultan interesantes, nada obvias, y en ellas encontramos referencias a Jerry García de Grateful Dead, a Mark Knopfler e incluso al actor Harry Dean Stanton. Esto es rock n roll como vehículo de expresión, ni más ni menos.
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