Life By Misadventure
DiscosRag'n'bone Man

Life By Misadventure

5 / 10
Álex Jerez — 01-06-2021
Empresa — Sony Music
Género — Pop

A Rory Graham se le llena la boca recordando al mundo que grabó su segundo largo únicamente en seis días. El nuevo lanzamiento de la estrella está centrado en desnudar al artista y presentar su lado más íntimo, y personal, hasta la fecha. Sin embargo, “Life By Misadventure” es más bien un regreso muy estudiado y más pensado de lo que nos quieren hacer creer. Toda esa supuesta improvisación a la hora de tomar grandes decisiones que Graham nos ha intentado vender, en realidad está calculada y apoyada en grandes figuras de la música que buscan que la gran voz del músico vaya un paso más allá y fluya con naturalidad hacia nuevos géneros. Este trabajo desarrolla claramente la expansión del artista, la conquista de nuevos territorios y un sonido de fácil consumo para todos. Al parecer se ha cansado del aplauso europeo y Rory necesita mucho más.

A través de un ambiente más pausado y pulido que enHuman (Sony, 17), Rag ‘n’ Bone Man deja atrás el alma soul, y el blues que protagonizaron su anterior disco para centrarse en un pop melódico que se alimenta del country. A lo largo de todo “Life By Misadventure” hay una intención muy marcada de conquistar al pueblo americano. Rory pretendía dar el salto fuera del Reino Unido y para conseguirlo viajó a Nashville en busca de referencias y creadores que le ayudaran a definir su nuevo sonido. Una aventura que concluyó en Tennessee entrando a grabar al estudio de la mano del estupendo Mike Elizondo, productor que acostumbra tanto a trabajar con primeras líneas del hip-hop como con estrellas del country contemporáneo como Carrie Underwood o Keith Urban. Lo que viene siendo un fichaje perfecto para el giro que pretendía dar Rag ‘n’ Bone Man con esta segunda entrega, mojándose de lleno, agarrando con fuerza la bandera americana y agitándola con orgullo todo lo que puede y más. Es curioso como, a pesar de su imagen relajada y despreocupada; Rory siempre ha sido un músico duro y ambicioso. El enorme éxito de su primer álbum es un claro ejemplo de ello. Y, por supuesto, tenía muy clara la importancia de lo que suponía un segundo álbum para asentarse en el mercado. En todas sus entrevistas asegura haber escapado de la radiofórmula con esta nueva entrega. Pero, siendo sinceros, cuesta mucho entender cómo alguien que no busca el aplauso masivo coloca a P!nk como colaboración en uno de los singles de lanzamiento del álbum. Una unión que, por otro lado, se nos hace empalagosa y que poco enriquece el disco al tener a una P!nk cero entusiasta, monótona y soporífera en la canción. Casi que nos quedamos mejor con la versión en solitario que cierra el disco, aunque no sea tampoco gran cosa.

“Life By Misadventure”  es, a grandes rasgos, una especie de carta de amor de Graham a sus seres queridos. En especial, a su hijo de tres años al que le lanza mensajes para aprender a enfrentarse al mundo y de absoluta protección (“Call me in the morning, call me in the night, call me when the darkness swallows your life”). Y evidentemente, no solo hay mensajes de amor en el disco, también de tremendo dolor, como en “Fall In Love Again”, dedicados a poner punto y final a la relación con su exmujer después de diez años de matrimonio (“Don’t stay too long, I don’t wanna fall in love again”). Eso sí, aún tratándose de su álbum más personal, Rory no se siente cómodo escribiendo y construyendo melodías por si solo. Y, por supuesto, mucho menos siendo consciente de la tremenda popularidad que ahora mismo posee y lo que supondría un pequeño error a estas alturas. Es por eso que recurre a una larga lista de apoyo para poder concentrar sus emociones en forma de canciones. Y para potenciar esta nueva apuesta sonora, más country/folk como habíamos citado previamente, se une a Mike Reid y Allen Shamblin en el proceso creativo. Dos figuras de puro Nashville que saben perfectamente lo que se hacen y que han guiado a Graham por nuevas vías de escape. Eso sí, al final todas esas canciones pedían a gritos unas guitarras mucho más potentes, baterías más poderosas o incluso atrevimiento con el banjo. Y bueno, han terminado siendo temas de pop ligero que en su mayoría suenan todos igual.

Entre lo mejor del álbum, nos quedamos claramente con ese inicio de la mano de “Fireflies” con un comienzo en forma de demo grabada en plena naturaleza en el estudio de Mike Reid y bajo la producción y co-escritura de Gabe Simon (productor muy de moda recientemente por su colaboración con Lana Del Rey en “Text Book” y “Blue Banisters”. Junto a este, otro de los momentos salvables del proyecto es ese “Crossfire” que suena a pop comercial de los dos mil pero que entra como un guante en mitad del disco para romper con una monotonía terrorífica que arrastras desde la primera canción. Y es que “Life By Misadventure” es una enorme pieza de guitarras sencillas y harmonías humildes que dejan que la voz de Graham se desarrolle libremente. Pero, también es un cero en creatividad y peca de una naturalidad impostada que resulta imposible creerse. Está muy clara la intención de este álbum, pero en lugar de llevarnos a un sonido más crudo e interesante, nos encontramos con una lista de canciones de amor vacías y sin demasiada alma. A Rag ‘n’ Bone Man se le ha olvidado por completo que el público británico le colocó la corona con sus propias manos. No hay ni un solo guiño a la esencia de su país. Y aun así, pese al abandono, ha conseguido colar su single con P!nk en el Top 10 de las listas. Además, su mayor logro ha sido que Sony Music Publishing añada a Ben Jackson-Cook, su eterno “partner in crime”, a su lista de artistas. Está claro que Graham lo que sí es, es un buen hombre de negocios.

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