El esperado nuevo trabajo de Rafael Berrio , que responde al nombre de “Niño Futuro”, ha sido grabado en los Estudios Elkar de Donosti por Víctor Sánchez, siendo el propio Rafael Berrio quien se hace cargo de la producción, detalle no menor. En este su nuevo trabajo ha optado por grabar en formato de quinteto con piano y guitarra como principales elementos solistas y dentro de texturas de rock abandonado las minimalistas instrumentaciones orquestales de trabajos pasados ( “1971” y “Diarios”) . Aunque es necesario advertir que en general la instrumentación del disco está más al servicio de los textos y la canción que a deslumbrar o tirar de virtuosismo , los músicos siempre contenidos cabalgan sobre los recitados del autor donostiarra, destacando los arreglos de Joseba Irazoki a la guitarra y Paul San Martín a los teclados.
Berrio se enfrenta además con el reto de ofrecer la continuación a su aclamada obra anterior , “Paradoja” (Warner Music 2015), que a la postre supuso su definitivo reconocimiento a nivel nacional, más allá de la escena local vasca a la que de alguna manera siempre estuvo anclado, y consiguiendo a pesar de lo personal y poético de su propuesta su inclusión en las listas de los mejores discos de aquel año, abandonando cierto halo de poeta maldito minoritario hacia un reconocimiento bastante unánime al menos desde la crítica especializada.
Quizás lo que más llame la atención de este nuevo disco es descubrir en algunos de sus cortes su lado más Pop y melódico, se trata por momentos de un trabajo luminoso donde el autor ha pretendido romper con cierta oscuridad que acompaña sus textos y ese tono recitante tan marca de la casa. Abre el disco con “Dadme la vida que amo” plagado de esas imágenes costumbristas que borda el donostiarra , enumerando todas aquellas cosas que ama y algunas de las que le horrorizan. Ya desde este primer tema se establecen las bases que caracterizan este trabajo en su vertiente musical, arreglos medidos de teclado, base rítmica y guitarra , del oblicuo Joseba Irazoki , que marcan los detalles de las canciones sin cobrar excesivo protagonismo. Así los teclados en la intro de “Considerando” marcan el carácter de este medio tiempo saltarín , en la que los recitados de Berrio son contrastados por la voz de Virginia Pina que eleva el tono neutro del poeta donostiarra, recurso que será utilizado varias veces a lo largo del disco.
Hay también guiño y homenaje a tótems particulares del donostiarra como el Lou Reed más pausado en “Mi álbum de nubes del cielo” con ese sabor a los trabajos más tranquilos del neoyorquino. O el que realiza al provocador filósofo Emil Cioran en “Abolir el alma”, tema que toma su inspiración en textos del filósofo. Y en el que Berrio se apoya en los coros de la donostiarra Elena Setién, recuperando el trabajo de aquel concierto que le llevo hace tres años al bilbaíno centro Azkuna para revisar y homenajear al mencionado filósofo.
Como siempre los textos de Berrio están cargados de elementos poéticos que los elevan por encima del estándar del universo rock como muestran las letras de “Sísifo releva a Sísifo” , “El horror” o en la desasosegante canción titular del disco donde el donostiarra propone una interminable sucesión de personajes fantásticos y desagradablemente reales en los que podrá convertirse el protagonista de la canción, ese “Niño futuro”. Como hemos dicho Berrio también es capaz de llegar a sorprendernos al dar rienda suelta a su perfil más luminoso en canciones como “Las tornas cambian” una suerte de versión radiofónica de Berrio…..umm olvidémoslo, se trata entendemos un ejercicio de estilo y un juego desde el propio título y donde la aportación de Paul San Martín al siempre muy presente piano se extiende a la voz en certeros coros que redondean el tema.
En definitiva este “Niño futuro” reafirma la propuesta de Berrio donde la poesía teñida de cierta bohemia crepuscular del otrora poeta maldito se encuentra con el rock, siempre este al servicio de la canción, y ofreciéndonos en este trabajo cierto perfil más luminoso sin prescindir de los ocres tan afines a su propuesta. Reafirmará a sus defensores y con suerte aportará nuevos convencidos a la causa dentro del batallón de despistados que aún no lo hayan descubierto.
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