Menudo debut. Desde la primera canción Turnstile dejan bien claro que el hecho de haber tardado cinco años en editar su primera referencia les ha fortalecido. Tan capaces de ponerte en pie con un buen batacazo de punk rock desgarrado y emocionante, como, unos minutos más tarde, llamar a la nostalgia con unos compases de post-hardcore contenidos y evocadores, los siete temas que forman el disco tienen como único defecto eso, que son sólo siete. Y es que estos chicos de Manlleu, como algunos de sus contemporáneos en No Idea Records, parecen haber descubierto un camino secreto que une esas voces roncas que nos ponían la piel de gallina hace ya un par de décadas (léase Leatherface, Samiam, Jawbreaker) con los adolescentes enamorados que nos emocionaban hace algo más de diez años (léase The Get Up Kids, Farside) y los puños alzados de los primeros Against Me! y los últimos Hot Water Music. ¿Veis el camino? Esta allí, y sea cual sea el lugar al que se dirige, podéis estar seguros de que se trata de un sitio donde todas las canciones se cantan a coro y con las venas del cuello hinchadas.
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