Todavía estoy decidiendo si esta colaboración entre el desértico Howe Gelb y la banda austríaca experimental Radian es tan raro como para que no me guste o lo suficientemente raro para lo contrario. Si lo analizamos como un disco del de Tucson la cosa se aclara: no hay por dónde pillarlo. Si por el contrario lo hacemos como un disco del trío vienés, el tema se torna interesante. De hecho, analizando sus constantes vitales, está más cerca de lo segundo que de lo primero, cosa que hace que me incline a pensar que la presencia de Gelb es una simple anécdota. Incluso me atrevería a decir que su nombre en la firma carece de sentido porque aquí lo que domina son los ruidos de las maquinitas habituales de Radian, su manera caótica de entender la música y su exuberante crudeza. Una fusión imposible con la fragilidad tensa habitual de la música de Gelb que, a pesar de haber escrito esta reseña, me sigue manteniendo descolocado.
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