Independientemente de su compromiso político, es innegable que Fermín Muguruza es una de las personalidades más importantes de la escena estatal de las últimas tres décadas. De los extraordinarios y no suficientemente reconocidos Kortatu en los ochenta a esa máquina de rock y compromiso llamada Negu Gorriak en los noventa hasta su fecunda trayectoria en solitario. Si algo ha caracterizado al de Irún es precisamente su inquietud insobornable, su asombrosa y siempre coherente capacidad de absorción de estilos (como hicieron sus admirados The Clash), y este repaso a sus catorce años de trayectoria en solitario, con dos temas inéditos (“Balazalak” y la espléndida “Zuloak Riot”), lo confirma, por si a alguien le quedaba alguna duda. Del latido dub de “Maputxe” (con su compinche ético y estético Manu Chao) a la fiesta de “Dub Manifest” y el feroz ritmo ska (la sombra de Kortatu es alargada) de “Newroz” a los vientos de “In-komunikazioa”… como él mismo decía: “raíces, rock, rap y reggae”. Con inteligencia, sano espíritu festivo y un profundo amor a la música (buena).
¿Qué forma de comenzar un artículo es esa que procura separar su compromiso político personal de su obra musical?¿Parecería bien una crónica deportiva que indicara "A pesar de sus recientes declaraciones apoyando la causa palestina, Cristiano Ronaldo volvió a marcar..."?
En realidad es que estos del mondosonoro y fermín no se llevan bien... si no, mira que poco han hablado este año de su gira.