Aunque a juzgar por la portada el disco merecería titularse "Innocence And Experience" (Erlend Oye desafía a la cámara mientras que Eirik Glambek Boe se concentra en una pelirroja de bonitas piernas), los noruegos Kings Of Convenience han dejado entrever una pretendida declaración de principios. "El silencio es el nuevo grito" podría ser un posible santo y seña para toda una nueva generación de bandas ("los nuevos acústicos") que no tiene otro remedio que sustituir al grupo salvaje que formaban las huestes del brit-pop.
Para colmo, prácticamente se tropezaron con Damon Gough (Badly Drawn Boy) por las calles de Manchester, pero nada de todo eso debe distraernos del contenido de este Lp: un auténtico recital de pop acústico (no folk) en el que la economía de medios no hace sino potenciar el conjunto. Ante estas canciones, no se me ocurren arreglos más rotundos que un par de acústicas, una trompeta lejana, algún chelo ("Winning A Battle, Losing The War", primer single), un piano (la más narrativa "Little Kids": sin amor el mundo sigue... para los demás) y esas melodías vocales que quizás sólo en "Singing Softly To Me" o en "The Girl From Back Then" (entre el scat y el tarareo) dejan entrever el gusto por la bossa a través del "Eden" de Everything But The Girl. Decir brillante es decir poco.
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