Juventud Juché saluda a la Navidad con su primer largo, un disco que si pudiéramos encontrar en El Corte Inglés -que no, ahí no- sería bien considerado como uno de los peores regalos que puedes hacerle a un alma sensible e impresionable. Punk minimalista, cafre, cabreado y al tiempo adictivo. Sobreexcitado como una dosis extra de cafeína y no por ello fuera de control. La clave está en abandonar cualquier actitud conservadora a la hora de adentrarse en este “Quemadero”, coeditado en un cuidado vinilo negro de doce pulgadas por Sonido Muchacho y Gramaciones Grabofónicas, un disco tremendamente caótico y provocador. Sobre todo, y aunque por imagen o actitud pudiera parecer lo contrario, desde un punto de vista musical. Doce temas que se suceden fugaces haciendo de la sencillez que ofrece el formato trío carácter y en muchas ocasiones acierto (“¡Levanta!”, “Dispara”). Referentes ya en el agitado underground madrileño, Juventud Juché ofrece un disco intenso que pide a gritos completar la experiencia en directo.
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