La parejita más estrambótica del rock de cotolengo nos da una de cal y quince de arena. Cuando parece que van a bombardearnos con una “rodaja” al más puro estilo Motörhead –léase “It´s Gonna Be a Long Night”– derrapan con un renuncio de lo más inesperado. Un fiasco que no es sino tal, porque el dúo de New Hope da en la diana a base de una generosa ración de cordura y buen gusto.
Lejos de sus travesuras delirantes de “GodWeenSatan” o “Pure Guava”, estos padrazos ya no contestan a las entrevistas porque tienen que ir a por sus vástagos al colegio. Bromas aparte ¿Han sentado la cabeza estos majaras? Respuesta afirmativa. “Québec” es un cóctel donde los arreglos tienen un regusto a caviar y a Don Perignon. Un diamante de mil caras para simpatizantes del space-rock de Syd Barrett –“If You Could Save Yourself”, “Alcan Road”-, el Bowie de la época Eno: “Transdernal Celebration”, “Zoloft” - y degustadores del country más añejo: la cachonda “Fancy Pants” o “Chocolate Town”. En “Québec” prima ante todo la canción y muestra que las probetas y los cobayas sonoros han pasado a mejor vida. Por lo menos de momento.
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