Hace ya cosa de tres años que estos barceloneses enterraron Nanook para aferrarse a los himnos bailables y seguir la estela de héroes patrios de lo sintético como Mendetz o We Are Standard. “Intervención” fue un gran debut, sin duda, pero este “Pudo ser Miss Mundo” se crece por una sencilla razón: se multiplican los temazos para dejarse el alma saltando como si no hubiera un mañana. “Que nunca se haga de día”, “Decir que no”, “Alianza” y “Colibrí” instantáneamente se convierten en favoritas. No obstante, lo mejor es que escuchando el disco de cabo a rabo resulta imposible encontrar un momento en el que la banda pierda fuelle gracias a unas letras exquisitas y un Siscu Catena que, como frontman, emana profesionalidad y una voz que consigue abrazarte desde el primer segundo. Tienen todas las herramientas para triunfar si realmente se lo proponen.
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